¿Tienes que hacer una presentación para los directivos?

[vc_row][vc_column][vc_column_text]“No entiendo. ¿Cómo pueden estar tan disparadas tus cifras?”.

¿Qué harías si la alta dirección te lanzara una pregunta como esta en una reunión de evaluación? Sabes cómo hacer frente a las preguntas abiertas porque puedes basarte en tu conocimiento y experiencia. ¿Pero cómo reaccionas a las preguntas difíciles de la dirección para las cuales no tienes una respuesta? Aquí te presento cuatro maneras de manejar aquello para lo que no tienes una respuesta:

TÓMATE TU TIEMPO: No te apresures a responder luego de que un ejecutivo te interrogue. Asegúrate de entender la pregunta. Haz una pausa para considerar las primeras palabras que dirás. Si son firmes, tú y tus interlocutores se sentirán más seguros a medida que prosigas. Hacer una pausa antes de hablar también dará lugar a que tengas una mejor “postura” lingüística.

ADOPTA UNA MENTALIDAD DE ABUNDANCIA: No vas a ser humillado públicamente ni despedido. Construye oraciones que te digan lo contrario de las que se basan en el temor y que ahogan tus pensamientos.

PRESENTA PRIMERO LA CONCLUSIÓN: A diferencia del relato de un misterioso asesinato, comienza por el final. Es probable que tus directivos deseen saber el estado actual y no todas las etapas por las que pasaste para llegar a él. Proporciona más detalles solo si te los piden.

APÉGATE A UNA DIETA DE PALABRAS: En las reuniones intensas, anticípate a las dudas, pero no hables de más. Si tiendes a divagar cuando estás nervioso, procura apegarte a tres o cinco oraciones. Sin importar tu nivel de inteligencia y preparación, es poco probable que escapes de las presentaciones a los ejecutivos sin algunas preguntas que te dejen callado. Estas medidas pueden ayudarte a reaccionar con tranquilidad y profesionalismo en ese momento.

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