El auge de Ozempic, un medicamento utilizado principalmente para la diabetes tipo 2 y la pérdida de peso, ha desatado una serie de discusiones, no solo sobre sus efectos físicos, sino también sobre su impacto en el bienestar emocional y psicológico. Mientras muchos usuarios experimentan cambios positivos, como una mayor claridad mental o incluso un aumento de la libido, otros han notado alteraciones en su personalidad, lo que plantea la pregunta: ¿es posible que Ozempic afecte nuestra personalidad? Y, si es así, ¿qué dicen los expertos al respecto?
Ozempic pertenece a una clase de medicamentos conocidos como agonistas del GLP-1 (glucagon-like peptide-1), que imitan una hormona producida tanto en el intestino como en el cerebro. Su mecanismo de acción incluye la ralentización de la digestión y el aumento de la sensación de saciedad, lo que facilita la pérdida de peso. Sin embargo, los expertos sugieren que su efecto no se limita al cuerpo: Ozempic también influye en el cerebro, afectando el centro de recompensa del mismo, lo que puede reducir el “subidón” que algunos experimentan después de comer.
“Los GLP-1 actúan en todo el cuerpo y el cerebro. En el cerebro, regulan los picos de dopamina, la hormona que está asociada con la sensación de bienestar”, explica la doctora Rekha Kumar, endocrinóloga de New York-Presbyterian y Weill Cornell Medicine. Este impacto en el cerebro podría ser el responsable de una serie de cambios emocionales, algunos de los cuales son percibidos como beneficiosos, mientras que otros podrían desencadenar una sensación de “embotamiento” o una falta de entusiasmo por actividades que anteriormente resultaban placenteras.
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Si bien la mayoría de los pacientes que usan Ozempic reportan efectos secundarios mínimos, en algunos casos, se ha observado una disminución en la intensidad emocional. La “anhedonia”, o la pérdida de interés en actividades que previamente generaban placer, es uno de los efectos secundarios que algunos usuarios han compartido en foros como Reddit. Algunos mencionan sentirse “apagados” o como si hubieran perdido parte de su chispa personal. Otros incluso afirman que sus amigos y familiares los describen como “aburridos”.
El Dr. Michael Russo, cirujano bariátrico del MemorialCare Surgical Weight Loss Center, señala que aunque la anhedonia es un fenómeno raro, es posible que los medicamentos GLP-1, al moderar el centro de recompensa en el cerebro, también disminuyan la intensidad de las experiencias placenteras en general. Sin embargo, el Dr. Russo recalca que estos efectos no son comunes y afectan a menos del uno por ciento de los pacientes en su práctica.
El mecanismo detrás de estos cambios en la personalidad parece estar relacionado con la “supresión excesiva de las vías del placer” en el cerebro. La doctora Kumar explica a Women’s Health que, aunque esta supresión de las vías de recompensa generalmente permite que el cerebro regrese a un estado más equilibrado, los efectos de un GLP-1 pueden variar considerablemente entre individuos. Por lo tanto, lo que puede ser beneficioso para una persona, podría no serlo para otra.
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Si bien la mayoría de los efectos secundarios negativos son raros, los médicos coinciden en que es importante hablar sobre cualquier cambio en el estado de ánimo o la personalidad con el médico que prescribió el medicamento. De hecho, si los efectos secundarios llegan a ser significativos, hay opciones para ajustar el tratamiento, como reducir la dosis o cambiar a un medicamento de la misma clase, como la tirzepatida, que algunos estudios sugieren tiene un impacto menor en el estado de ánimo.
Hasta el momento Ozempic ha demostrado ser eficaz para la pérdida de peso y la regulación de la glucosa en sangre, sin embargo su impacto en la personalidad y el estado emocional no debe pasarse por alto. A pesar de que los cambios en la personalidad son poco comunes, los pacientes deben ser conscientes de estos posibles efectos y discutir cualquier cambio con su médico.
Es importante recordar que la meta de estos tratamientos es mejorar la calidad de vida, y si algún efecto secundario parece contradecir ese objetivo, siempre existe la posibilidad de ajustar el tratamiento para obtener los beneficios deseados sin comprometer el bienestar emocional.
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