¿Cuál sería su respuesta si le ofrecen mejorar sus condiciones cognitivas o físicas mediante la implantación de un chip en su cerebro? ¿Lo dudaría, considerando los beneficios que la nueva tecnología podría traer para su bienestar? ¿Los conflictos éticos o problemas de seguridad asociados a este tipo de innovaciones afectarían su decisión? Pues bien; sepa que Elon Musk quiere hacerlo este mismo año.
El mundo moderno nos ha inculcado la meta de ser cada vez mejores física, cognitiva, moral y emocionalmente. Pensemos en las personas que consumen medicamentos o ‘suplementos’ que prometen potenciar su rendimiento físico, sexual y de memoria, o que pueden cambiar sus emociones tomando antidepresivos.
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También podríamos tomar en cuenta a las personas que tienen un marcapasos implantado para ayudar a controlar su frecuencia cardíaca. Estos son ejemplos del inicio de una era de seres transhumanos que ya tenemos a nuestro alrededor.
El transhumano es una evolución del homo sapiens que no padece sus limitaciones biológicas
Pero, ¿qué es un ser transhumano? Podría definirse como la evolución del homo sapiens actual, una especie con mayores capacidades físicas, intelectuales y psíquicas, que no padece de las limitaciones biológicas de la condición humana como las enfermedades, el sufrimiento, el envejecimiento e incluso la muerte.
De acuerdo con los transhumanistas, esta transformación hacia una raza ‘superior’ solo se puede llevar a cabo a través del desarrollo tecnológico y el avance de la ciencia.
Entre las principales disciplinas de las que se vale el transhumanismo se encuentran la ingeniería genética, nanotecnología, biotecnología, neurología, tecnologías de la información, ciencia cognitiva, Inteligencia Artificial y realidad simulada; incluyendo otras futuras e hipotéticas tecnologías como la transferencia mental, así como la preservación química cerebral y criónica.
Una corriente en la que no podía faltar un nombre. Elon Musk es sinónimo de innovación y disrupción. Casi todo lo que actualmente nos parece sacado de una película de ciencia ficción lleva el sello de Musk. Si bien, para muchos, es conocido por sus empresas de renombre como Tesla y SpaceX, el multimillonario tiene un puñado de emprendimientos inusuales y desconocidos.
La lectura del cerebro permite a una persona con parálisis controlar el mouse o teclado de una computadora
Uno ellos y el más ambicioso es Neuralink, definido por sus propias palabras como un «dispositivo que se comunique directamente con el cerebro de forma inalámbrica».
Lo interesante de la compañía es que comparte la visión futurista de Musk, que podría ser considerada transhumanista. Su pensamiento lo ha llevado a ser un firme defensor de lograr una «especie de simbiosis» entre los humanos e la Inteligencia Artificial.
La tecnología de Neuralink tiene como objetivo que una computadora u otro dispositivo digital se comunique directamente con el cerebro de forma inalámbrica. Por ejemplo, a través de la lectura de información del cerebro, una persona con parálisis puede controlar el mouse o el teclado de una computadora. O bien, la información se puede volver a escribir en el cerebro, restaurando por ejemplo el sentido del tacto.
Neuralink ya ha realizado tests con cerdos y monos, incluido un experimento exitoso con un macaco de nueve años capaz de jugar a videojuegos usando solo su mente. De esta manera, los primeros ensayos con humanos, que según Musk se realizarán en 2022, probablemente consistirán en que personas con parálisis utilicen la interfaz de Neuralink para controlar de forma directa el cursor de una computadora.
Aunque la tecnología de interfaz cerebro-máquina (BMI) ya existía mucho antes de que Elon Musk presentara Neuralink, lo relevante de su propuesta es que la compañía ha logrado unir diferentes tecnologías para empaquetarlo en un bonito chip comercial.
El dispositivo llamado Link pretende tener muchas aplicaciones médicas, como ayudar en el tratamiento de enfermedades degenerativas tipo Alzheimer o Parkinson, e incluso en el control de adicciones.
Pero lo que realmente le interesa a Musk es crear un dispositivo que permita a la humanidad abordar el inevitable riesgo existencial asociado con la superinteligencia digital. De hecho Musk ha dicho en reiteradas ocasiones que «no podremos ser más inteligentes que una supercomputadora. Por lo tanto, si no puedes vencerlas, únete a ellas».
Durante una aparición en un podcast en 2019, Elon Musk señaló que Neuralink podría en el futuro «resolver muchas enfermedades relacionadas con el cerebro», mencionando el autismo y la esquizofrenia como ejemplos.
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Además, Musk dijo en 2020 que la gente podrá «guardar y reproducir recuerdos y llamará telepáticamente a su automóvil». También afirmó que podremos reproducir música directamente desde nuestro cerebro o controlar los niveles hormonales, como la liberación de oxitocina, serotonina y otras sustancias químicas del cerebro, ayudando a mejorar la estabilidad emocional.
Sin embargo, muchos expertos siguen mostrándose escépticos en torno a las tecnologías de interfaz neuronal mejorada como la de Neuralink. El principal argumento es que existen grandes problemas éticos con el simple hecho de realizar una cirugía cerebral en una persona sana.
De acuerdo con datos de la firma de análisis Gartner, el aumento humano o Humano 2.0, que consiste en el uso de tecnologías para aumentar las capacidades físicas y cognitivas humanas, fue una de las 10 principales tendencias tecnológicas de 2020.
En este sentido, un estudio de Kaspersky descubrió que el 63% de los encuestados considera aumentar las capacidades de su cuerpo mediante la tecnología, permanente o temporalmente.
Asimismo, un 88 % de las personas teme que su cuerpo pueda ser hackeado por ciberdelincuentes, y un 39 % cree que las tecnologías de aumento humano pueden ser peligrosas para la sociedad y deberían ser reguladas por los gobiernos.
La corriente Cibernética apuesta por la creación del cyborg a través de la simbiosis máquina-humano
El transhumanismo se divide en varias corrientes de pensamiento, algunas más radicales que otras. Pero existen dos vertientes que son consideradas como las principales: la Cibernética y la Biotecnológica.
La primera tiene que ver con la informática. Consiste en la utilización de la Inteligencia Artificial, la robótica y otros dispositivos para lograr una simbiosis entre la máquina y el humano, creando como resultado final el cyborg. En esta categoría entran otras tendencias prácticas del transhumanismo más radicales, como los biohackers.
La corriente Biotecnológica tiene que ver con los recursos generados por la ingeniería genética y la biología sintética. Su meta es modificar los genes de la especie humana para conseguir mejoras a largo plazo. Esta vertiente busca la creación de una especie posthumana que sería descendiente inmediata de los humanos actuales, pero con mejores cualidades, como una mayor inteligencia, fortaleza y longevidad.
Han sido numerosas las compañías que han desarrollado programas para avanzar por el camino del transhumanismo. Es el caso de Medtronic, un «estimulador cerebral profundo» capaz de frenar los temblores de los pacientes de Parkinson.
Medtronic tiene un gran éxito comercial, con más de 140 mil pacientes, aunque nadie sabe exactamente por qué funciona
Medtronic no es excesivamente puntero en lo que a tecnología se refiere, ya que se basa en un concepto de la década de 1980. Solo emplea uno o dos electrodos para enviar continuamente descargas eléctricas al cerebro. La realidad es que nadie sabe exactamente por qué funciona.
Muy grosso modo, es el equivalente neurocientífico a golpear un televisor para ajustar la imagen. Sin embargo ha logrado un notable éxito comercial, ya que se ha implantado a más de 140 mil pacientes. La empresa ingresa unos US$500 millones anuales en ventas.
Por su parte, una empresa llamada NeuroPace empezó a vender el primer implante cerebral «de bucle cerrado» para pacientes epilépticos. Representa un avance porque el dispositivo puede detectar una convulsión que se aproxima y enviar una descarga al cerebro para impedirla. Esto genera un bucle de control automático.
Pero otros esfuerzos no han tenido tanto éxito. La lista de empresas fallidas de interfaces cerebro-ordenador incluye a BrainGate y Northstar, una empresa que se liquidó en 2009 tras gastar casi 150 millones de dólares en un una iniciativa para ayudar a los pacientes a recuperarse de los ictus mediante un implante cerebral.
Por Redacción Revista Mercado
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