La visita a la consulta del médico puede traer sorpresas inesperadas. Sin caer en la hipocondría, los chequeos médicos periódicos pueden advertir algunas enfermedades silentes que se mantienen en la retaguardia de nuestro organismo con síntomas tan sutiles, que muchas veces pasan inadvertidos. Y ahí precisamente yace la raíz del problema.
Si no son tratadas a tiempo, las consecuencias de estas patologías pueden ser fatales.
Una de las principales complicaciones de estas enfermedades, es que, además de su diagnóstico tardío, el proceso de tratamiento presenta un alto índice de falta de adherencia a los tratamientos prescritos, ya que los efectos secundarios de los medicamentos generan más problemas y reacciones adversas que los inapreciables síntomas de la enfermedad en cuestión. De ahí, que el paciente piense que a veces es «peor el remedio que la enfermedad».
Clamidia, enfermedad de transmisión sexual
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A la clamidia se le conoce como una enfermedad silenciosa porque entre el 70-80 % de las mujeres infectadas y cerca del 50 % de los hombres no presentan síntomas. Y en el caso de que los haya, estos aparecen generalmente entre una y tres semanas después del contagio.
Una vez detectada, la clamidia puede ser fácilmente tratada y curada con antibióticos.
Se trata de una enfermedad de transmisión sexual leve, pero que si no es tratada a tiempo puede causar daños graves y permanentes en el aparato reproductor. Puede afectar tanto a hombres como a mujeres, pero las adolescentes y las mujeres jóvenes están expuestas a un mayor riesgo de infección si son activas sexualmente, porque su cuello uterino no se ha desarrollado completamente.
La prueba de Papanicoalou y los análisis de sangre de rutina no detectan la clamidia, por lo que ante cualquier síntoma anómalo, es necesario comunicarlo al médico para realizar análisis específicos. Para prevenir, se recomienda a las personas sexualmente activas que se realicen una prueba anual.
Glaucoma, una de las causas de la ceguera
Cuando los síntomas aparecen ya es tarde y la enfermedad, por lo general, está avanzada. El glaucoma
es una enfermedad ocular cuya característica principal es la pérdida de visión debido al daño progresivo que se produce en el nervio óptico.
Cuando se detecta, por lo general, ya es tarde. Conocer sus factores de riesgo es la mejor prevención para ponerle freno.
El principal factor de riesgo es la hipertensión ocular, por lo que resulta clave realizar revisiones periódicas en el oftalmólogo, aunque la diabetes aumenta las posibilidades de padecer la enfermedad. Sin el tratamiento apropiado, el glaucoma puede provocar la ceguera. La buena noticia es que, con exámenes oftalmológicos periódicos y la detección temprana se puede conservar la vista.
Hipertensión, el mal de la sociedad moderna
Sin síntomas que la delaten, la Hipertensión Arterial (HTA) es la principal causa de infartos e ictus; millones de pacientes la padecen y todavía no lo saben. Se trata de una patología fácilmente controlable si se siguen las recomendaciones de los especialistas.
La hipertensión es una de las grandes epidemias de nuestra sociedad
Las principales se refieren a la modificación de los hábitos de vida y a la instauración de unas prácticas saludables, junto a un tratamiento de medicación, en los casos más avanzados. La mejor prevención es regular la presión arterial periódica, descansar bien y evitar situaciones que causen estrés.
Hepatitis C, enfermedad infecciosa
Puede confundirse con una gripe y esfumarse en pocos días… o convertirse en un problema de por vida que, lenta y silenciosamente, lesiona el hígado hasta causar enfermedades tan graves como cirrosis o cáncer. Así de traicionera es la hepatitis C, una enfermedad viral, primera causa de trasplante de hígado en el mundo.
Sus síntomas son tan sutiles como letales
Se estima que más de 170 millones de personas están infectadas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El contagio es a través de la sangre.
Osteoporosis, huesos porosos
Desarrollar huesos fuertes durante la juventud es la mejor defensa contra la enfermedad
La osteoporosis es una reducción progresiva de la masa ósea de todo el esqueleto que compromete la fortaleza del hueso y predispone al aumento de riesgo de fracturas. Las mujeres son más propensas que los hombres: afecta a una de cada cinco de más de 45 años y a cuatro de cada diez de más de 75. Se aconseja hacer la primera densitometría ósea, que mide la densidad de la médula ósea, a los 65 años en mujeres y a los 70 en varones. enfermedades
Insuficiencia renal, degradación crónica del riñón
Los pacientes con esta condición requieren de un tratamiento de sustitución de la función renal para poder vivir, a través del trasplante o diálisis.
La degradación del riñón es progresiva y silenciosa. La obesidad, la diabetes, el lupus o, sencillamente, la automedicación aumentan el riesgo de desarrollar esta enfermedad irreversible, que provoca que los riñones pierdan su capacidad de filtrar sustancias tóxicas de la sangre, hasta el punto extremo de necesitar un trasplante. Si no se efectúa esta sustitución, se produce un deterioro paulatino del organismo que finalmente conduce a la muerte.
Aneurisma, la muerte súbita
Los aneurismas cerebrales son dilataciones que se producen en las arterias del cerebro. Se podría comparar con un globo que se llena de sangre y que en algún momento puede romperse. Si no es detectado a tiempo, se produce una rotura que, en el peor de los casos, conduce a una muerte súbita.
En su tratamiento, el tiempo es oro.
Este colapso ocurre comúnmente en la población de entre 40 y 50 años, por lo que en edades tempranas o muy avanzadas los casos son poco frecuentes. Una persona puede tener un aneurisma sin presentar ningún síntoma. No obstante, un fuerte dolor de cabeza, dolor en cuello o visión doble podrían ser un signo de advertencia. La enfermedad se diagnostica a través de una resonancia magnética o una tomografía computarizada del cerebro. enfermedades
Enfermedades coronarias, las mujeres son las más afectadas
Un alto colesterol ‘malo’ es una de sus principales amenazas
La enfermedad coronaria, conocida también como enfermedad de las arterias coronarias (EAC), es una afección común del corazón causada por la acumulación de placa (acumulación de depósitos grasos y cerosos), en las paredes de las arterias. El exceso de acumulación de placa estrecha las arterias a través del tiempo, lo que puede llegar a bloquear parcial o totalmente el flujo de sangre por todo el cuerpo, lo que finalmente provoca un infarto.
Cáncer de colon, el tumor más frecuente
La buena noticia es que es prevenible, en la mayoría de los casos y ha dejado de ser letal cuando se diagnostica a tiempo. La mayoría de los casos de cáncer de colon surgen de pólipos preexistentes que sufren una mutación genética, a lo largo de diez años aproximadamente, hasta convertirse en carcinomas. enfermedades
Gran parte de los carcinomas que afectan al colon y al recto no presentan síntomas hasta que se encuentran en una etapa muy avanzada.
Dado el tiempo que tarda un pólipo en malignizarse, este cáncer se puede prevenir mediante la realización de exámenes diagnósticos que permitan el seguimiento del pólipo. Como la enfermedad no presenta síntomas en sus fases iniciales, se recomienda realizar la evaluación del colon y el recto en búsqueda de lesiones sospechosas a partir de los 50 años. Con una sencilla prueba de heces periódica se puede saber si es necesaria una colonoscopia.
En los últimos diez años, los avances científicos en esta área han progresado más que en todo el siglo XX. Pero, como más vale prevenir que curar, es importante mantener una dieta rica en fibra con consumo de frutas y verduras para esquivar esta enfermedad. (rmh)
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