Roberto Cavalli, uno de los grandes íconos de la moda italiana, falleció este viernes a los 83 años de edad en su domicilio de Florencia, tras una larga enfermedad. Es el adiós de un diseñador al que no le gustaba ser etiquetado como tal. Él prefería ser definido como «artista de las telas».
Nacido en Florencia el 15 de noviembre de 1940, la moda de Cavalli se distinguía por su exuberancia y su atrevimiento, con estampados repletos de colores e inspiración animal. Apelaba a las mujeres que se salían de los cánones de la delicadeza para buscar la contundencia, lo abstracto, lo rompedor.
El arte está en su ADN. Su abuelo, Giuseppe Rossi, era un pintor cuyo trabajo se exhibe en la mítica Galería degli Uffizi. Su padre era sastre, pero fue ejecutado por el ejército alemán cuando el modisto apenas tenía tres años.
Puede que marcado por sus orígenes, Roberto Cavalli ingresó en el Art Institute de su ciudad natal, donde sus diseños de tejidos florales comezaron a llamar la atención de distintos modistos italianos.
En los años 70, Cavalli patentó su propio procedimiento de impresión en tela, y comenzó crear sus famosos patchworks, estrenándolos en París. A sus 32 años, en 1972, presentó su primera colección en un salón de Prêt-à-Porter en la capital francesa. Fue el inicio de una trayectoria majestuosa, que impulsó el maximalismo italiano a sus máximas cotas.
Los años 80 supusieron un valle en su carrera, pero segñun muchos incentivado por su segunda esposa, Eva Düringer, Cavalli regresó a las pasarelas en 1994. Lo hizo por todo lo alto, marcando un estilo extravagante, excéntrico, sexy. Único.
El sello de Cavalli, que convivió a lo largo de su trayectoria con polémicas de diversa magnitud y naturaleza, conquistó a celebridades como Victoria Beckham, Beyoncé o JLo.
Como relata un extenso reportaje de la publicación Yo Dona, de El Mundo, la compañía del modisto italiano se lanzó a la diversificación a principios de siglo, con nuevas marcas en distintos ámbitos. Sin embargo en 2015, ante la complicada situación financiera, Cavalli dejó el 90 % de la empresa a un fondo para situarse en un segundo plano.
En 2019, DAMAC Properties, del magnate emiratí Hussain Sajwani, completó la compra del grupo Roberto Cavalli. Aunque las cifras no se hicieron públicas, algunos medios especulaban con una cifra de alrededor de US$170 millones.
Con el adiós de Roberto Cavalli, la moda italiana y mundial despide a un símbolo de una forma de entender el diseño; a un vanguardista que apostó por desafiar los cánones de la elegancia para crear un lujo imponente, desafiante, dirigido a una mujer fuerte y empoderada.
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