El epicentro mediático y político deja atrás la capital estadounidense, Washington D.C y los famosos tribunales del distrito de Nueva York para enfocarse en el inusitado Palacio de Justicia Federal Wilkie D. Ferguson Jr. en Miami, Florida. Donald Trump, expresidente de Estados Unidos, tiene una cita con la justicia.
Trump, que figura como favorito en las encuestas para la nominación republicana para el 2024, acudió al tribunal para que le lean los 37 cargos de los que se le acusa por un mal manejo de documentos clasificados.
El expresidente Trump se ha declarado inocente.
Es la primera vez en la historia de los Estados Unidos en la que un expresidente es acusado de haber cometido delitos federales; Trump enfrenta siete acusaciones de este tipo.
Son 37 cargos por la presunta comisión de siete delitos federales, entre los que destacan falsedad, conspiración para obstruir la justicia, retención de documentos de seguridad nacional, entre otros.
Según la Fiscalía, después de que Trump dejará la presidencia, en 2021, el expresidente habría trasladado a su residencia en Mar-a Lago, Florida, decenas de cajas con documentos clasificados.
Entre los documentos encontrados figuran secretos nucleares, planes de ataque, correspondencia, recortes de periódicos y fotografías.
Los documentos no habrían sido almacenados de forma segura y fueron encontrados en diferentes sitios de la mansión de Trump: en un dormitorio, en el baño, un salón de baile otros lugares
Esos documentos no fueron almacenados de manera segura, sino que acabaron en diferentes rincones de la mansión de Trump, como un dormitorio, un salón de baile y un baño, según muestran fotos incluidas en el escrito de acusación.
De acuerdo con la Ley de Registros Presidenciales de 1978 establece que todos los documentos de un presidente son propiedad pública del Gobierno y no privada, por lo que Trump debería haber entregado los documentos clasificados a los Archivos Nacionales, encargados de su custodia.
Dos de los abogados del expresidente, Jim Trusty y John Rowley, dimitieron el pasado viernes y ahora estará representado por Todd Blanche, que ya formaba parte de su equipo legal y otros abogados que se sumarán «en los próximos días», según dijo Trump.
Jonathan Goodman será el juez quien le leerá los cargos al presidente, que previamente tendrá que ser escoltado por los alguaciles para registrar sus huellas dactilares.
Inicialmente, el caso había sido asignado a la jueza Aileen Cannon, quien había sido postulada al cargo por el propio Donald Trump durante su administración.
La parte acusadora está representada por el fiscal especial, Jack Smith, quien ha sido atacado por el equipo de la campaña de Trump por tener un «sórdido historial de ataques a conservadores».
Gabriel Rico Albarrán, con información de EFE
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