La reciente reelección de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos ha encendido las alarmas en Tesla y México. Con su retorno a la Casa Blanca, uno de los proyectos más ambiciosos de Tesla, la Gigafactoría de Nuevo León, enfrenta un futuro incierto. Trump, conocido por su política de «Make America Great Again» y su postura en contra de la deslocalización de la industria estadounidense, representa una amenaza directa para esta obra.
En los últimos meses, la construcción de la Gigafactoría de Tesla en México ha sido tema de gran interés. Anunciada el año pasado tras meses de rumores, esta planta en Nuevo León fue presentada como una de las fábricas más avanzadas de Tesla. Sin embargo, desde el inicio, la planta ha enfrentado dificultades, como el reto logístico de su ubicación y la alta demanda de recursos energéticos y agua. Estos desafíos podrían quedarse pequeños en comparación con las políticas de Trump, quien aboga por reducir la producción en el extranjero.
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El retorno de Trump ha reavivado su visión de fortalecer la producción nacional. En su primer mandato, dejó clara su postura con aranceles y restricciones a empresas estadounidenses que operan en el extranjero. Su objetivo es que las compañías como Tesla inviertan en suelo estadounidense, en lugar de beneficiarse de menores costos en países vecinos como México. Se anticipa que Trump podría imponer tarifas adicionales a los productos de empresas que fabriquen fuera de EE. UU., una medida que afectaría directamente el proyecto de Tesla en Nuevo León.
Elon Musk, CEO de Tesla y uno de los empresarios más influyentes del mundo, ha mantenido una relación ambigua con Trump. Aunque ambos han colaborado en proyectos antes, sus visiones sobre la industria automotriz difieren. Trump no ha sido partidario de los autos eléctricos, prefiriendo apoyar industrias tradicionales. Sin embargo, Musk espera que el nuevo gobierno implemente políticas que beneficien sus innovaciones en vehículos autónomos y otras tecnologías.
Para México, la instalación de la Gigafactoría de Tesla significaría un gran avance en la industria automotriz, generando empleos y atrayendo inversión. La fábrica en Nuevo León, diseñada para ensamblar «una nueva generación de vehículos», estaba destinada a fabricar el prometido Tesla de bajo costo. Sin embargo, la administración de Trump podría forzar a Tesla a reconsiderar sus planes, moviendo la producción a EE. UU. o incluso cancelando el proyecto. El ministro de Economía de México, Marcelo Ebrard, ha expresado su intención de reunirse con Musk para discutir el futuro de la planta.
La cancelación de la Gigafactoría en México representaría un golpe importante para la economía de la región. Además, los trabajadores y empresas locales que ya comenzaron a colaborar en el proyecto podrían ver frustradas sus expectativas. Tesla, por otro lado, perdería la ventaja de costos que México ofrece, lo cual podría afectar el precio final de sus vehículos eléctricos. Este cambio podría incluso retrasar los planes de Musk de introducir su esperado auto eléctrico de $25,000, el cual estaba previsto para ensamblarse en esta planta.
Aunque Trump no es un defensor de los autos eléctricos, la administración actual podría considerar algunas políticas favorables para la industria, especialmente si Musk mantiene una relación cercana con el presidente. Entre los objetivos de Musk se encuentra la creación de una normativa que favorezca el desarrollo de vehículos autónomos, un avance crucial para Tesla. Sin embargo, la situación de la Gigafactoría en México es otra cuestión y representa un claro ejemplo de las tensiones entre los intereses de producción nacional de Trump y las estrategias de empresas globales como Tesla.
La llegada de Trump marca un cambio en las expectativas de Tesla y de otros proyectos industriales en América Latina. Con las políticas proteccionistas de Trump, el futuro de la Gigafactoría de Nuevo León es incierto, y muchas empresas podrían repensar sus inversiones en la región. La situación es un recordatorio de cómo las decisiones políticas pueden influir directamente en las estrategias empresariales y afectar los planes de expansión de grandes compañías.
En resumen, la reelección de Trump ha puesto en riesgo el sueño de Tesla en México. La Gigafactoría, una promesa de innovación y progreso para la industria automotriz de la región, podría quedar en pausa, o incluso cancelarse, dependiendo de las políticas que el nuevo gobierno implemente en los próximos meses.
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