Michel Barnier, el recién elegido primer ministro de Francia, designado por el presidente Emmanuel Macron, se enfrenta a la tarea de formar un gobierno en un contexto de una Asamblea Nacional extremadamente fragmentada. Este veterano político conservador, con una carrera que abarca más de medio siglo, es conocido por su marcado perfil europeísta.
Nacido hace 73 años en Saboya, cerca de Grenoble, Barnier inició su actividad política en su región natal. Aunque en los últimos años ha permanecido en un segundo plano, especialmente desde que fue eliminado en la primera vuelta de las primarias de su partido, Los Republicanos (LR), en 2021, su trayectoria política es extensa y destacada.
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Durante cinco años, Barnier fue el negociador designado por la Comisión Europea para discutir las condiciones de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Conocido popularmente como el «señor Brexit», su habilidad para congeniar los intereses de los Veintisiete en un pulso a menudo duro con Londres fue crucial.
Su profundo conocimiento de las instituciones europeas, adquirido a lo largo de su carrera, fue fundamental para este papel.
Barnier ha sido diputado europeo, vicepresidente del Partido Popular Europeo (PPE), al que pertenecen, entre otros, el Partido Popular español, y dos veces comisario europeo. La primera vez, entre 1999 y 2004, como responsable de la Política Regional, y la segunda, entre 2010 y 2014, como encargado del Mercado Interior.
Su experiencia en Bruselas será invaluable para abordar uno de los problemas más sensibles que enfrenta Francia: la mala situación de las cuentas públicas. Con un déficit del 5,5 % del producto interior bruto (PIB) en 2023, y proyecciones de un aumento en 2024 y 2025, Barnier deberá negociar con la Comisión Europea, que abrió un procedimiento por déficit excesivo a Francia a finales de julio. Este procedimiento implica una supervisión estrecha y un toma y daca para que el déficit público francés vuelva a cumplir la regla de no superar el 3 % del PIB.
En Francia, Barnier ha sido cuatro veces ministro. Primero, como titular de Medio Ambiente entre 1993 y 1995, durante la cohabitación con el presidente socialista François Mitterrand. Luego, al frente de Asuntos Europeos de 1995 a 1997, ya con Jacques Chirac en el Elíseo. También con Chirac, repitió en el Ejecutivo al frente de la cartera de Exteriores en 2004-2005 y, por último, fue ministro de Agricultura con Nicolas Sarkozy de 2007 a 2009.
Titulado por la Escuela Superior de Comercio de París, Barnier comenzó su andadura política como miembro de gabinetes ministeriales de gobiernos de derechas entre 1973 y 1977. Compatibilizó esto con su primer cargo público como consejero general de Saboya, en los Alpes. En ese departamento, fue presidente del consejo general (equivalente a una diputación provincial) entre 1982 y 1999 y diputado en la Asamblea Nacional francesa durante dos legislaturas, entre 1978 y 1995.
En la página web de su corriente política, Patriotas y Europeos, se destaca que Barnier ha militado en el «movimiento gaullista» desde los 14 años, en referencia a la herencia del general Charles de Gaulle, y que todos sus mandatos y misiones los ha llevado a cabo sin abandonar nunca Los Republicanos (LR).
Barnier cumple, en principio, las dos condiciones que Macron se había fijado para nombrar a un primer ministro: la capacidad de resistir ante eventuales mociones de censura y la continuidad de las principales políticas del jefe del Estado, como la reforma de las pensiones y la rebaja de los impuestos al capital y a las empresas.
Redacción con información de EFE
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