Los dos principales lastres a los que tendrá que hacerle frente la economía global para continuar creciendo en lo que resta del 2022 tienen nombre y apellido: la pandemia por covid-19 y la guerra en Ucrania. En ese sentido, la ONU, a través de su Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, redujo sus perspectivas de crecimiento mundial.
Aumento de precios en la energía, alimentos y materias primas, sin mencionar la inflación y los aumentos en las tasas de política monetaria, son algunos factores que han impactado en las perspectivas de crecimiento.
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La ONU espera que la economía mundial tenga un crecimiento de 3,1% en 2022
Previamente, la Organización había previsto en enero de 2022 un crecimiento de casi 4%; la actualización a la baja es de 0.9 puntos porcentuales.
Las principales potencias económicas (Estados Unidos, China y la Unión Europa) son las que más riesgos enfrentan, pero no son las únicas. Los países en desarrollo importadores de materias primas también resentirán la baja de crecimiento. El documento destaca también que la inseguridad alimentaria empeorará en África.
La previsión de crecimiento de 3,1% para el 2022 se extiende al 2023. La ONU alerta que su perspectiva base «enfrenta importantes riesgos a la baja debido a una mayor intensificación de la guerra en Ucrania, nuevas oleadas de la pandemia y cambios monetarios más rápidos de los esperados».
En cuanto a los países en desarrollo, se tiene un aumento del Producto Interno Bruto (PIB) proyectado en 4,1% en 2022, esto representa 0,4 puntos porcentuales menos que la previsión de inicios de año.
La desaceleración del crecimiento en Estados Unidos, la Unión Europea y China debilitan las perspectivas de crecimiento de los países en desarrollo.
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Las sanciones económicas impuestas a Rusia por Occidente debido a la guerra en Ucrania se ven reflejadas en los mercados de productos básicos.
La invasión interrumpió las exportaciones de petróleo crudo, gas natural, granos, fertilizantes y metales, elevando la energía, precios de los alimentos y las materias primas.
Rusia y Ucrania son proveedores clave de productos agrícolas y representan el 25% de las exportaciones mundiales de trigo, 16% de las exportaciones de maíz y 56% de las exportaciones de aceite de girasol.
El aumento en el costo de metales básicos ha provocado alzas en los costes de producción de automóviles, electrónica y otros sectores manufactureros. Además, la invasión rusa a territorio ucraniano puso en pausa la producción de gas neón, que representa aproximadamente la mitad de la producción mundial.
No se puede dejar de mencionar que el rebrote de casos de covid-19 en China ha puesto de nueva cuenta en jaque a la cadena de suministros global.
Para la región, la desaceleración económica en Estados Unidos y China supone un reto desafiante al tratarse de un factor clave, junto con el aumento de costos de endeudamiento.
Además, las interrupciones en el suministro y precios elevados de los fertilizantes, por ejemplo, preveen un panorama negativo en la producción agícola de algunos países.
Una de las primeras reacciones de las economías latinoamericanas y caribeñas ante las presiones externas, ha sido elevar las tasas de política monetaria.
Se prevé que el PIB regional aumente solo un 2,1% en 2022 y 2,8% en 2023.
Sin embargo, las perspectivas económicas en el Caribe están mejorando, impulsadas principalmente por la recuperación del turismo y pese a las condiciones del mercado laboral y el desempleo.
La media isla se ha convertido en ejemplo mundial en cuanto a recuperación económica, gracias principalmente al turismo y a las exportaciones.
Por ejemplo: el país ha recibido una cifra superior a 2,2 millones de turistas en los primeros cuatro meses del año con una proyección de más de 7 millones para el cierre del año.
Recientemente, la Organización Mundial de Turismo reconoció a República Dominicana por ser la primera nación con muestras de recuperación tras la caída del sector por la pandemia de covid-19.
En la parte económica, el país registró un crecimiento del 6 por ciento durante enero y febrero de 2022 en comparación con el mismo periodo del año pasado, un comportamiento que muestra un ritmo favorable en su desempeño. (Gabriel Rico)
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