El reporte insignia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la Situación y perspectivas de la economía mundial 2023 fue presentado este miércoles.
Si bien existe un panorama adverso para todas las economías del mundo, el documento, firmado por el secretario general de la ONU, António Guterres, agrega que «en situaciones inesperadas, hay que tomar acciones extraordinarias».
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En cuanto a la desaceleración del crecimiento de la producción mundial, la ONU señala que ésta pasará de un 3 % que se tenía previsto para el 2022 a solo un 1,9 % en 2023.
Las previsiones de crecimiento para el 2024 apuntan a un incremento moderado de hasta 2,7 %, si, como se espera, algunos obstáculos macroeconómicos comienzan a despejarse el año próximo.
Respecto a las presiones inflacionarias se prevé que disminuyan gradualmente al enfriarse la demanda agregada de la economía mundial.
En China, por ejemplo, se prevé que su crecimiento aumente moderadamente durante este año y que sus resultados del año pasado sean inferiores.
Para Estados Unidos, la ONU prevé que su Producto Interno Bruto (PIB) crezca un 0,4 % en 2023, mientras que para el 2024 alcance el 1,7 %.
Para América Latina y el Caribe, las perspectivas son complicadas debido a condiciones externas, un margen normativo macroeconómico limitado y una inflación elevada y persistente.
Las proyecciones indican que el crecimiento regional se frenará y pasará de un estimado en 3,8 % para 2022, apenas y alcanzará un 1,4 % en 2023.
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Entre las recomendaciones del reporte, la ONU apunta que «hay que calibrar con cuidado las políticas macroeconómicas buscando el equilibrio entre los objetivos de estimular la producción y contener la inflación».
Agrega que se debe coordinar eficazmente las políticas monetaria y fiscal para reducir la probabilidad de una recesión.
Se advierte que existe un riesgo elevado de cometer errores al momento de formular políticas, pues se podría agravar la desaceleración económica y prolongar los daños socioeconómicos.
Y precisamente, para evitar caer en un «círculo vicioso de escasa inversión, crecimiento lento y una carga pesada al servicios de la deuda», las políticas de reducción del déficit rápidas vía recortes al gasto o aumento sustancial de impuestos, pueden conducir hacia «la recesión o a un período prolongado de crecimiento lento.
En ese sentido, la inversión pública puede convertirse en un instrumento que, junto con la privada, ayude a la generación de empleo y a la reactivación del crecimiento.
«(…) la inversión pública estratégica señala el compromiso de las políticas y probablemente atraerá la inversión privada (…)».
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Las recomendaciones del reporte indican que, a través de los Gobiernos, se pueden orientar, apoyar y atraer inversiones privadas a sectores críticos, tales como educación, sanidad, infraestructura digital, nuevas tecnologías o adaptación y mitigación del cambio climático.
Por medio de una inversión pública estratégica, se pueden conseguir beneficios para acelerar la productividad y reforzar la resiliencia económica, social y ambiental tanto en el corto como en el largo plazo:
El turismo internacional tuvo un respiro luego de la caída en los viajes internacionales en 2020 y 2021.
Algunos países, entre ellos, República Dominicana, superaron los niveles previos a la pandemia en los primeros meses del 2022.
República Dominicana sobresale gracias a los altos niveles de llegada de turistas alcanzando en 2022 su máximo histórico de visitantes y de divisas captadas por esta vía.
Según el reporte, la economía de Japón es de las que mejores resultados económicos podría obtener en 2023. La proyección de crecimiento para su PIB es del 1,5 % para este año; y es ligeramente inferior para el 2022, con 1,6 %.
Japón ha mantenido políticas monetarias y fiscales expansivas, contrario a lo que ocurre en la mayoría de los países.
Gabriel Rico Albarrán, con información del Informe Situación y Perspectivas Económicas Mundiales 2023
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