Un color y una prenda como sinónimos de prestigio. En el mundo del deporte, y en particular en el golf, la chaqueta verde está reservada a los elegidos. Es el máximo galardón, sólo vestido por los que son capaces de consquistar el Masters de Agusta. Una lista que se actualizará este domingo.
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Jon Rahm luce la prenda conquistada el año pasado. Antes de luchar por mantenerla en la edición que arranca este jueves, cumplió con una de las grandes tradiciones del torneo: fue el anfitrión de una cena a la que asistieron los 31 ganadores de la chaqueta verde y Fred Ridley, el director ejecutivo del Augusta National Golf Club (Georgia, EE.UU.).
El menú estuvo elaborado por el chef José Andrés y tuvo como platos fuertes ensalada de txangurro y chuletón a la parrilla o rodaballo al pil-pil, clásicos de la gastronomía vasca (Rahm es natural del País Vasco).
Cumplido el protocolo, el golfista español luchará hasta el domingo por defender tan preciada prenda. Tratarán de impedírselo favoritos de la talla de Scottie Scheffler, campeón en 2022, Rory McIlroy, Dustin Johnson, Jordan Spieth, Viktor Hovland, Max Homa, Patrick Cantlay, Bryson DeChambeau o el chileno Joaquín Niemann, entre otros.
También Tiger Woods. A sus 48 años, con 5 títulos de Augusta en su palmarés (el último en 2019), el estadounidense acude al Major más especial del calendario meses después de su ruptura con Nike.
Sus apariciones en torneos son contadas desde su gravísimo accidente de febrero de 2021. Actualmente, es el número 959 del ranking mundial. Sin embargo, no renuncia a pelear. «Mis sesiones de entrenamiento ya no son lo que eran, pero quiere seguir jugando y el Masters es muy especial para mí y para mi familia. Si todo sale bien, creo que podría ganar uno más».
Siempre es un gusto tenerte de vuelta, Tiger.#elmaster l #themasters pic.twitter.com/yckfvKTFkP
— El Masters (@TheMasters_ES) April 9, 2024
Son algunos de las aspirantes a la prenda más especial del deporte mundial. La tradición envuelve a una chaqueta verde clásica, del color Pantone 342, que dispone de tres botones de latón y el escudo de Augusta National Golf Club tanto en los botones como en el bolsillo izquierdo.
Como recoge un reportaje de Olympics.com, la chaqueta está elaborada en lana de la fábrica Forstmann Co., situada en el estado de Georgia, al igual que Augusta National. Los botones, en cambio, están producidos en Waterbury Co. (Connecticut), y el escudo del club procede de A&B Emblem Co. (Carolina del Norte).
Brooks Uniform Company comenzó a fabricar la chaqueta en 1937. Al principio, como explica el citado reportaje, eran los miembros del club los que debían llevarla para diferenciarse del resto de clientes. Fue en 1949 cuando se empezó a premiar al campeon del torneo con la prenda.
En 1967, considerando que la chaqueta era demasiado gruesa, se cambió de proveedor. Desde entonces, Hamilton Tailoring Co. (con base en Cincinatti) es la encargada de fabricar el saco.
Se tarda alrededor de un mes en confeccionar cada chaqueta, que lleva bordado en su interior el nombre del ganador.
Después de un año, la chaqueta debe ser devuelta al club de golf. Entonces, los elegidos sólo podrán utilizarla dentro del Augusta National Golf Club.
Dos golfistas se saltaron la norma, en contra de los deseos de los organizadores: el sudafricano Gary Player en 1961, y el español Severiano Ballesteros, que decidió mantener una de sus dos chaquetas, conquistadas en 1980 y 1983, en su museo personal.
Al tratarse de una prenda tan exclusiva, es difícil calcular cuál sería su precio de mercado. Sin embargo, en 2017 se desveló una pista. Una chaqueta de los años 50, cuyo dueño no trascendió, fue subastada. Alcanzó un precio de US$139,349.
This authentic Masters jacket from the 1950s was found in a Toronto thrift store in 1994. Bought for $5, it sold for $139,349 this morning! pic.twitter.com/W41JefI8C9
— Darren Rovell (@darrenrovell) April 9, 2017
Como seguro intuirán, además de la majestuosa chaqueta verde, el Masters de Augusta pone en juego una suculenta bolsa de dinero. En 2023, Jon Rahm se embolsó con su segundo Major (fue campeón del US Open en 2021) un premio de US$3,240,000. La cantidad aumentó casi un 25 % respecto a la edición de 2022.
El incremento puede explicarse, en parte, por la encarnizada disputa que mantiene el PGA Tour con el circuito LIV Golf, financiado con dinero saudita y que ha atraído a grandes nombres como Phil Mickelson, Dustin Johnson…, o el propio Rahm.
Nacido hace 29 años en Barrika (1,500 habitantes), en la provincia vasca de Bizkaia (España), Rahm dibujó sus primeros drives cerca de su localidad natal, alrededor de los 10 años, pero donde comenzó a despuntar con fuerza fue en Estados Unidos, ganando once torneos universitarios. Gobernó como número uno del mundo amateur durante 50 semanas.
Se convirtió en profesional en 2016 y, desde entonces, ha hecho gala de sus dos grandes características: su carácter competitivo y su granítica regularidad. Unidos a un talento deslumbrante y una fortaleza física inmensa, Rahm ha ido creciendo hasta convertirse en el mejor jugador del planeta.
En 2017 fue el quinto golfista más joven de la historia en colarse en el top-10. En total, ha ganado 11 torneos del PGA Tour, con una bolsa de premios de US$51,546,651 en el circuito. Un tesoro al que en 2023 añadió la prenda más preciada del deporte mundial.
En diciembre, menos de un año después de su brillante triunfo en Augusta, Rahm estuvo en el centro de la polémica por su inesperado fichaje por LIV Golf.
El circuito, liderado por Arabia Saudita, se creó en 2022 como alternativa al PGA Tour y cuenta con 14 torneos y una cantidad imparable de dinero, procedente del fondo soberano Public Investment Fund (dueño, entre otros, del Newcastle de la Premier League de fútbol).
Las bolsas de premios alcanzan los US$25 millones por torneo, con el ganador embolsándose US$4 millones (US$750,000 si el evento es por equipos). Es decir, que un campeonato «rutinario» de LIV Golf cuenta con un premio superior al del torneo por excelencia del PGA, el Masters de Augusta.
La apuesta del LIV Golf para desbancar al PGA Tour incluye, además de premios muy superiores, fichajes estrella a los que paga contratos astronómicos.
Rahm, que fue número 1 del circuito mundial durante 48 semanas, firmó un contrato valorado en US$560 millones para los próximos cuatro años (no hay cifras oficiales), distribuidos de la siguiente forma:
«Es una gran oportunidad para mí y mi familia», declaró el golfista. Para poner la cifra en perspectiva, en su trayectoria en el PGA Tour ha ganado diez veces menos de lo que ganará en los próximos cuatro años, sin contar los premios por victorias.
La llegada de LIV Golf ha generado turbulencias en el mundo del golf. Por el momento, el PGA Tour suspende a los jugadores que deciden hacer el cambio, cerrándole las puertas de sus torneos. Sin embargo, ante el aluvión de estrellas que comienzan a cambiar de circuito, muchas voces señalan que se llegará a un acuerdo.
Ambos circuitos negocian desde el pasado verano, por el momento sin acuerdo. Pese a que el bloqueo persiste, todos los campeones de Augusta, como Rahm, tienen derecho a inscribirse en el torneo y luchar por la preciada chaqueta verde.
Borja Santamaría