Mercedes Carmen Capellán, con la mirada puesta en el servicio

Cuando se habla de Mercedes Carmen Capellán de Lama sin duda la referencia inmediata es la del entorno productivo relacionado con Grupo M, Compagnie de Développement Industriel, CODEVI, en la cual su familia se encuentra vinculada y donde, sin lugar a dudas, destaca como una de las piezas fundamentales en su dinamismo y proyección.

De formación profesional es especialista de la salud, y por sus actividades y responsabilidades ha desarrollado capacidades en los sectores empresarial, social y educativo, convirtiéndose en un referente del compromiso y liderazgo femenino a nivel nacional.

En torno a estos temas y su infinita vocación de servicio realizamos una muy agradable entrevista junto a esta mujer de carácter firme y decidido que en la actualidad preside la Fundación Madre y Maestra Inc., entidad en la cual pretende dejar sentado un claro precedente.

Pero mejor demos espacio a doña Mercedes, para que sea ella quien nos permita conocerla mejor y poder comprender la importancia de su labor y gran compromiso siempre orientado al servicio de nuestra sociedad.

¿Considera que ser mujer es una ventaja en cuanto al desarrollo de ciertas sensibilidades para asumir este tipo de compromisos y además conjugarlos con el desarrollo profesional y personal como esposa y madre?

No considero que mi condición de mujer haya representado una ventaja o desventaja en los compromisos asumidos. Sí puedo decir que la dedicación, preparación, perseverancia y deseos de crear cambios, de contribuir al desarrollo de mi país han sido relevantes en todo lo que hago. Siempre enfatizo que el éxito de cualquier persona en la vida tiene un gran peso cuando la misma, hombre o mujer, conozca y esté consciente en enfocarse en establecer un balance en todos los aspectos de la vida. Así nos es más fácil y placentero llevar a cabo nuestra misión. Ese ha sido mi caso, vigilo el no desbalance entre la espiritualidad, economía, familia, profesión, diversión, amistad, profesión, diversión, amistad, intelectualidad y mantener todos al mismo nivel. 

Lo que sí puedo considerar una bendición de Dios es el apoyo de mi familia, así como el deseo perenne de contribuir en ser entes transformadores de vidas.