El terremoto desatado en Disney ha provocado el final de una era en Marvel. Su presidente, Isaac (Ike) Perlmutter, ha sido cesado por la compañía matriz, en una decisión drástica con dos raíces. Por un lado, el proceso de recortes que provocarán 7,000 despidos en Disney. Por otro, la aparente mala relación del ejecutivo con Bob Iger.
El descontento del CEO de Disney con el funcionamiento de Marvel ha sido patente en las últimas semanas. Iger llegó a compartir sus dudas en una reciente presentación ante inversionistas.
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Tras la discreta acogida en la cartelera de «Ant-Man and the Wasp: Quantumania», Iger desveló que era hora de dejar de insistir en aumentar las sagas y explorar nuevos contenidos.
«¿Necesitas una cuarta entrega de un personaje o es momento de crear otros?», se preguntaba, en declaraciones publicadas por Deadline. «En los próximos cinco años habrá muchas novedades en Marvel«, afirmó en el marco de la Morgan Stanley Technology, Media and Telecom Conference.
Por su parte, conviene recordar que Perlmutter había realizado movimientos cuestionando las decisiones recientes en Disney. Según publica la agencia EFE, el veterano ejecutivo, de 80 años, se alió con un inversor de peso, Nelson Peltz, para promover cambios en la estructura de mando del gigante del entretenimiento.
A juicio de ambos, el volumen de gasto en el grupo era excesivo. Finalmente, Disney anunció en febrero un gran plan de recortes de US$5,500 millones que ha terminado por llevarse por delante a Perlmutter.
Se rompe de esta forma tan abrupta una exitosa relación empresarial de 14 años entre el ejecutivo y Disney. Perlmutter se hizo con el control de Marvel tras un proceso de bancarrota que comenzó en 1996, y su figura fue decisiva para relanzar la compañía.
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Así, en 2009, Disney compró Marvel Entertainment en la que probablemente fue la operación más brillante de la primera etapa de Bob Iger como CEO. El gigante pagó un total de US$4,000 millones. Diez años después, según datos de USA Today, Disney ya había ganado US$18 mil millones con sus películas.
De la citada operación, US$800 millones (y US$590 millones en acciones) fueron para Perlmutter, que se integró en el grupo de entretenimiento y continuó como CEO de Marvel.
Ya en 2015, Disney apartó Perlmutter del control de Marvel Studios, que produce las películas derivadas de los cómics de Marvel. La causa fue, al parecer, su tensa relación con el CEO de la división, Kevin Feige, que pasó a reportar directamente a Disney.
Ocho años más tarde se produce la salida definitiva de Perlmutter del gigante del entretenimiento. Como consecuencia de la profunda reestructuración y de los severos recortes, que afectarán al 3 % de la plantilla, Marvel Entertainment será integrada en otra división dentro de Disney.
Otra víctima de los recortes es la unidad para el metaverso. Disney la cierra cuando todavía no había tenido tiempo de poner en marcha la estrategia para la que había sido concebida, que trataba de detectar nuevas formas de consumo que ofrecer a los usuarios del mundo virtual de Meta.
Si la primera etapa de Bob Iger al frente de Disney (2005-2020) estuvo marcada por las compras y las inversiones ambiciosas, la segunda, iniciada hace menos de medio año en un contexto antagónico, arranca en sentido opuesto.
Borja Santamaría
Para profundizar: Bob Iger 2.0. ¿El Mesías de Disney?
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