La generosidad de la tierra vegana es conocida en todo el país, sin duda del vergel cibaeño esta zona del valle es la que rinde los mejores frutos, un testimonio de esto es la gran y permanente producción que desde sus fincas ha catapultado a Limber Cruz como uno de los más grandes agroempresarios productores de plátano de la región, y cuidado, si del país.
Si se puede hablar de un cultivo que ha conquistado al mundo, sin duda ese es el del plátano. Su origen se remonta a épocas milenarias y a culturas ya extintas para la actualidad. Grades civilizaciones gozaron del favor de esta noble musácea que se cultiva desde hace, al menos, 4 mil años. El magnífico templo budista Borobudur (850 a.C.), en Indonesia, presenta tallados en piedra de bananos ofrecidos al dios Buda. Los ejércitos victoriosos de Alejandro Magno lo cultivaron en la parte baja del valle del Hindus en la India, en el año 327 a.C., donde ya existían referencias escritas entre los años 600-500 a.C. El sur de China es otra área donde el cultivo de plátano se remonta a tiempos antiguos, las escrituras del período reinante de la dinastía Han (206-220), mencionan que este cultivo se practicaba desde hace más de 2000 años.
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Este apreciado frutal llega a América de la mano con los colonizadores europeos tras la conquista del Nuevo Mundo y su éxito fue inmediato y rotundo, así como la adaptación del cultivo a este suelo y este clima presto siempre para la producción frugal e incesante.
En el fértil valle del Cibao, un sector que es el más apreciado para el cultivo de cualquier producto es el que está localizado entre Moca, San Francisco de Macorís y Las Vega, en este triángulo altamente productivo es donde se localizan la propiedades de Limber Cruz, un visionario que ha sabido llevar con gran maestría sus conocimientos de líder industrial y emprendedor al campo y ser de esta manera uno de los más grandes productores de este fruto en la región central y a no dudarlo en el país.
Limber, con la sencillez característica de los herederos de la tradición agrícola en nos cuenta con gran orgullo que es descendiente de agricultores de La Vega, de productores y sembradores de plátano, por lo que no le es extraño esta proceso productivo y que más aún siente una gran pasión por la producción agrícola.
Cruz nos cuenta que en su formación está presente como un sólido pilar su padre, quien, con la firmeza característica de un hombre de campo, inculcó valores y disciplina en sus hijos desde temprana edad.
Soy oriundo de Barranca de La Vega, nos cuenta Limber, mis padre que fueron agricultores nos dieron una enseñanza muy rígida, yo diría militar, mi padre fue un hombre de campo muy tradicional, y eso nos ayudó mucho porque él siempre decía que primero era la educación, que la terminemos y luego veamos lo que quisiéramos hacer, y realmente eso fue lo que nos propusimos, entregar un título a mis padres y luego dedicarnos a una actividad productiva.
Así fue que yo estudié economía en la Madre y Maestra de Santiago, luego trabaje como pasante en el Banco Central, en el departamento de estudios económicos, más tarde en el Centro Dominicano de Promoción de Exportaciones, que en ese entonces era el Cedopex, posteriormente pasé a la industria, así fue como en estos primeros pasos aprendí tanto teóricamente como en la práctica el proceso de las exportaciones. De esta manera como con gran trabajo logro establecerme y consolidar mi capacidad en el mundo de la industria, donde soy parte de los fundadores y del consejo de directores y accionistas del Grupo M;luego de que la industria ya estuvo estable, volví a mis orígenes y poco a poco fui aumentando la inversión en la adquisición de tierras y me dediqué a producir en grandes cantidades plátano y yuca específicamente, al punto que hoy tengo más de 4 mil tares sembradas, las que sumadas a las de la familia, sumamos más de 10 mil tareas sembradas, por lo que somos considerados dentro de los mayores productores de plátano de la región.
La gente consume mucho plátano pero desconoce el proceso y cuidados que requiere este cultivo, así nos da a conocer Limber que el plátano se siembra y luego de 7 a 9 meses sale la manzana del plátano, luego de lo que, a los 3 meses se obtiene el racimo, pero la vida del platanal no termina al año, debido a que junto a la mata principal crecen los “hijos” de la mata, de ellos se puede lograr varias cosechas por lo que un platanal puede tener una vida útil de 5, 10 o 15 años, pero las cosechas varían dependiendo de si es la primera o segunda o posteriores siembras, lo que incide en la productividad ya que a mayor cantidad siembras de los “hijos” o cepas del mismo platanal, la productividad disminuye.
“La primera cosecha siempre será la mejor, y poco a poco va disminuyendo la productividad de los hijos de la primera siembra” afirma Cruz, que además da a conocer que, “se podría obtener una cosecha similar a la primera en la segunda, siempre y cuando se apliquen buenos abonos, un sistema de regadío eficiente, se realiza fumigación adecuada y en especial cuando se realiza la inversión necesaria. Pero la norma es que la primera cosecha sea la mejor”.
De esta manera la producción de los campos de cultivo de plátano dependen de una serie de factores como es el del marco de siembra y de la variedad del plátano que se siembra. El marco de siembra es el sistema que se realiza para el sembrío y la distancia que entre cada planta existe, se pueden sembrar entre 140, 157 y hasta 200 matas por tarea.
Si se siembra plátano “macho por hembra” la productividad es de entre 3,000 y 5,000 plátanos por tarea. Cuando se siembra Plátano Fhia 20 o Fhia 21 se puede obtener entre 10 mil y 16 mil plátanos por tarea. La Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (FHIA), creó una serie de híbridos genéticamente mejorados resistente a la sigatoka negra, que es el principal enemigo del plátano y por ello esas variedades se denominan Fhia.
La siembra de plátano, comenta Limber, es una empresa difícil, como todo lo que está relacionado con las labores agrícolas. Porque no se puede controlar la mayoría de los elementos que pueden afectar la producción, así no se sabe si se presentarán vientos fuertes, exceso de lluvias o sequía. El plátano, nos explica, no es amigo de tener grades cantidades de agua. Las enfermedades se las puede controlar, pero asimismo uno no sabe qué enfermedad atacará en un momento determinado. Para enfrentar estas dificultades lo que hemos hecho es tecnificar el proceso, no sólo adquiriendo buenos abonos, sino realizando fumigaciones aéreas, así como seleccionar los terrenos más aptos para la siembra del plátano, seleccionamos las cepas, o usamos plantaciones in vitro, que son plantaciones de laboratorio que no están contaminadas.
Nosotros hacemos buena selección del personal, de la tierra, de la cepa y ahora hemos integrado el sistema de riego por goteo, mismo que presenta una ventaja fundamental, que es que lleva directamente al tronco de la mata el abono disuelto en el agua, lo que permite economizar energía, mayor rendimiento del abono (entre un 30% y un 45%) además de un alto aprovechamiento, a diferencia de cuando es dispersado en el medio en formas tradicionales.
En la finca contamos con una amplia cobertura de dotación del sistema de riego y la meta es ampliarlo a la totalidad de la finca en un plazo máximo de 2 años.
En cuanto a costo de producción y mantenimiento de los platanales la inversión ronda, dependiendo de la región del país, entre RD$5 mil y RD$8 mil por tarea. Esto implica la preparación de suelos, arado, abonos y compra de cepas, así como labores de siembra. El mantenimiento de la tarea sembrada puede variar de entre RD$1,200 y RD$2,000.
Un dato interesante es que en RD se siembran entre 150 mil y 200 mil tareas al año y se cultivan 600 mil, debido a que no todos rotan el cultivo y existen plantaciones que producen cosechan a partir las cepas sin ser resembradas.
Es importante saber además que RD es un gran consumidor de plátano. En el país se consume plátano todos los días 6 millones de plátanos. 180 millones de unidades al mes, lo que implica que son más de 2 mil millones de unidades al año. “Aquí podemos decir que comemos plátano por un tubo” afirma sonriente Limber Cruz, quien además afirma que, “el plátano es un alimento que no está segmentado, lo comemos todos, ricos y pobres, no hay quien se resista a un tostón bien hecho, además es un producto es gourmet y muy apetecible”.
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