Economía, conflictos internos y política exterior: los desafíos de Liz Truss
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Economía, conflictos internos y política exterior: los desafíos de Liz Truss

Por revistamercado | septiembre 6, 2022

Dirigir el timón de un buque gigante, con historia y potencial, en mitad de una tormenta es el reto que tiene ante sí Liz Truss. Reino Unido navega en aguas turbulentas. Su capacidad productiva, su orgullo y su peso exterior construyen una embarcación imponente que, sin embargo, sufre para hacer frente a los rayos y truenos, en forma de inflación, relaciones con la Unión Europea o conflictos internos. Son sólo tres ejemplos de los exigentes desafíos que asume la sucesora de Boris Johnson.

Inflación histórica y panorama pesimista

Liz Truss gobernará la quinta economía más grande del mundo, con un PIB que supera los US$2.66 billones. Un transatlántico que tiene una amenaza principal: el alza de precios. Especialmente, los de la energía. Reino Unido se enfrenta a su mayor inflación en cuatro décadas. El dato alcanzó los dobles dígitos en agosto, con una tasa interanual del 10.1 %. Y parece que lo peor está por llegar. De hecho, expertos del banco Citigroup estiman que su inflación superará el 18 % en 2023. En Goldman Sach van más allá y auguran un 22 % de aumento de precios interanual.

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Los alimentos son uno de los responsables de esa elevada inflación, pero los temores se centran en otro bien: la energía. Con el frío y lluvioso invierno a la vuelta de la esquina, los precios se dispararán un 80 % a partir de octubre. El nuevo precio máximo que podrán fijar las energéticas desde el próximo mes pasa de US$2,272.85 anuales, a US$4,092.51. Truss se ha comprometido a luchar contra ese aumento insostenible para muchos a través de recortes de impuestos y un plan de reformas que diseñe un nuevo modelo de suministros a medio plazo. La necesidad apremia y los ciudadanos necesitarán medidas efectivas.

El temor es que ese aumento general de precios, además del coste que supone para los ciudadanos británicos, golpee duramente al crecimiento. Reino Unido está llamando a las puertas de una recesión. Tras un primer trimestre de 2022 en el que su PIB se expandió un 0.8 %, la economía británica cayó un 0.1 % entre abril y junio. Una tendencia que, según las estimaciones de la mayoría de expertos, se mantendrá a corto plazo. Así, Goldman Sachs prevé nuevas caídas del PIB en los próximos cuatro trimestres.

Una crisis a la que no es ajena la libra esterlina. Su valor es el más bajo de los últimos 40 años, acercándose cada vez más a la paridad con el dólar, una posibilidad muy lejana hasta hace pocas semanas. El panorama está alejando a algunos inversionistas, que temen una nueva subida de tasas de interés. Un escenario económico difícil de gobernar y exigente. Liz Truss deberá tomar decisiones urgentes. Se acerca el invierno.

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Agenda doméstica: huelgas y descontento general

La insatisfacción del pueblo inglés se ha hecho notar en los últimos meses. Huelga tras huelga, se han asegurado de compartir su enojo no solo con sus gobernantes, sino también con el mundo entero.

Los costos de vida que peligran cada vez más en convertirse en insostenibles sumado al descenso de muchos salarios han sido la gota que ha rebozado el vaso para los sindicatos británicos.

En especial cuando consideramos el creciente temor de los ciudadanos por tener que escoger entre comer o calentarse cuando llegue el invierno. Como consecuencia, los distintos sindicatos demandan alzas en sus salarios para poder vivir dignamente.

Los estibadores del mayor puerto de contenedores del Reino Unido, Felixstowe, se unieron a las huelgas, disrumpiendo la cadena de suministro a nivel nacional y regional. También se han incorporado los trabajadores del servicio postal Royal Mail, los ferroviarios, los abogados penales y los basureros en Escocia, entre otros.

Las enfermeras se sumaron en inicios de agosto a la oleada de huelgas, siendo la primera vez en la historia de Inglaterra y Gales que estas trabajadoras de la salud tienen que exigir sus derechos.

Su insatisfacción nace no solo por la crisis de precios, sino por la mayor crisis de la historia del servicio público sanitario del país. La creciente falta de personal sanitario cualificado y un presupuesto insuficiente se han combinado para imposibilitar la asistencia médica eficiente, aún en casos de emergencia, lo cual ha recaído en condiciones laborales perjudiciales para los trabajadores médicos.

Aunque el “verano del descontento” está llegando a su final con el cambio de estación, se esperan aún más huelgas con el sentimiento de injusticia que prevalece en la comunidad. El temido invierno de la inquietud pudiera llegar a tornarse realidad si las condiciones salariales y laborales no cambian.

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Reivindicar la política exterior

Durante la administración de Boris Johnson como primer ministro, Liz Truss operaba los hilos de la política exterior desde la Foreign and Commonwealth Affairs Office.

Truss le reconoce a su predecesor el Brexit, las vacunas contra el covid-19 y la posición frente a Rusia.

Entre sus últimas declaraciones como ministra de política exterior condenó la invasión de Rusia en Ucrania e hizo un llamado a los líderes de la OTAN y el grupo de los siete para respaldar a la sociedad ucraniana.

“Reino Unido está adoptando un enfoque realista basado en la fuerza militar, la seguridad económica y alianzas globales más profundas”, declaró el 7 de mayo de este año.

Por otro lado, Reino Unido ha vivido momentos de tensión en su relación con Bruselas y la Unión Europea a raíz de la entrada en vigor del Brexit y las repercusiones económicas que ha generado su salida del bloque europeo.

El Brexit ocasionó que Johnson redefiniera los objetivos de política exterior de su administración para reivindicar su posición de liderazgo.

Ahora, con Truss al frente del Gobierno, el escenario de una eventual reincorporación a la Unión Europea se avizora complicado, en primera instancia por complicaciones domésticas para lograr el consenso al interior del Partido Conservador, sin mencionar la posición del Partido Laborista, que ha abandonado el tema.

 

 

De momento, la nueva inquilina del Número 10 de Downing Street tendrá que maniobrar para concretar un acuerdo comercial con Estados Unidos y la Unión Europea, pendientes que Boris Johnson no concretó.

En sus primeras palabras como primer ministro, Truss dejó en claro que su prioridad es la invasión de Rusia a Ucrania, la libertad y la democracia.

“Unidos con nuestros aliados defenderemos la libertad y la democracia en todo el mundo, reconociendo que no podemos tener seguridad en casa, sin tener seguridad en el exterior”.

Por Marian Briceño, Borja Santamaría y Gabriel Rico Albarrán

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