Cuando hablamos de mujeres en Apple, nombres como Katie Cotton o Jennifer Bailey pueden surgir en la conversación. Sin embargo, hay una mujer que ha estado en la sombra durante casi 36 años, siendo una pieza fundamental para el éxito de la compañía: Shaan Pruden.
Su discreción y eficacia la han convertido en una figura clave para mantener alianzas que, sin su intervención, podrían haber caído tras el fallecimiento de Steve Jobs.
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Desde sus inicios, Shaan Pruden mostró una gran pasión por la tecnología y la informática. Su carrera comenzó con el Macintosh original en 1984. Un producto que la impactó profundamente y que la motivó a perseguir su sueño de trabajar en Apple.
Tras años de experiencia en TI y su paso por el Instituto de Tecnología del Sur de Alberta, en 1989 consiguió su gran oportunidad. Un puesto en Apple Canadá, resolviendo dudas de clientes empresariales.
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Pero su ambición la llevó más lejos. Cuatro años después, Pruden logró mudarse a la sede principal en Cupertino, donde comenzó su verdadero viaje dentro de la compañía. Su rol clave: gestionar las relaciones con desarrolladores, una tarea crucial que la ha mantenido al frente de importantes alianzas desde los días en que Steve Jobs volvía a retomar las riendas de Apple.
Steve Jobs tenía una visión inquebrantable y prefería los equipos de sobremesa, pero Shaan Pruden lo convenció de invertir más en el desarrollo de portátiles, un mercado que hoy define a Apple.
Su relación con Jobs siempre fue profesional y respetuosa, en gran parte debido a su habilidad para entender la estrategia de la empresa y cómo hacerla crecer.
Pruden ha sido testigo del nacimiento de productos icónicos como el iMac, iPod, iPhone y Apple Watch, así como de la consolidación de la App Store. Shaan ha jugado un papel fundamental en la creación de la infraestructura de aplicaciones, que es tan relevante como los dispositivos que Apple fabrica.
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Bajo su liderazgo, Apple ha lanzado iniciativas como la Apple Developer Academy, que ha graduado a más de 5.000 estudiantes en tecnología. Además, ha liderado la expansión de la App Store, permitiendo la creación de más de 103.000 aplicaciones y apoyando a start-ups innovadoras en su crecimiento.
Hoy en día, Shaan sigue siendo una pieza clave en Apple, buscando constantemente nuevas formas de innovar. Así como de optimizar las relaciones con desarrolladores a nivel global. Recientemente, ha lanzado una oferta de empleo, buscando profesionales ágiles y motivados que ayuden a fortalecer las alianzas con desarrolladores, en un momento crucial para la compañía.
Shaan Pruden ha sido, y sigue siendo, una fuerza silenciosa dentro de Apple. Su habilidad para gestionar relaciones clave y su visión para el desarrollo tecnológico han permitido que Apple se mantenga a la vanguardia de la innovación. Con más de tres décadas en la empresa, su legado sigue creciendo. Demostrando que detrás de cada gran empresa, siempre hay figuras que hacen la diferencia, aunque no siempre sean las más visibles.
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