El mundo de la alta joyería y las subastas se prepara para un evento sin precedentes. Sotheby’s ha anunciado que, en noviembre de 2024, uno de los collares más legendarios de la historia saldrá al mercado, una impresionante joya compuesta por 500 diamantes y un total de 300 quilates, que ha estado vinculada tanto a la realeza francesa como a la británica a lo largo de los siglos.
Este extraordinario collar, envuelto en una mezcla de escándalo y esplendor, ha capturado lae imaginación de historiadores, joyeros y coleccionistas por igual.
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Esta legendaria joya está estrechamente ligada al infame “Asunto del collar”, uno de los episodios más escandalosos de la corte de Luis XVI que, según muchos historiadores, contribuyó al desprestigio de la reina María Antonieta y aceleró el derrumbe de la monarquía en Francia.
Aunque la reina nunca llegó a portar la joya, su nombre ha quedado asociado para siempre con el collar debido a la intrincada conspiración en la que se vio envuelta.
El escándalo del collar estalló en 1785 cuando Jeanne de Valois-Saint-Rémy, una condesa ambiciosa, junto con el cardenal de Rohan, engañaron a la corte haciéndoles creer que María Antonieta deseaba la pieza en secreto. Convencido de que estaba cumpliendo los deseos de la reina, el cardenal adquirió la joya sin saber que la reina no estaba implicada. El fraude fue descubierto cuando los pagos no se realizaron, y el collar desapareció.
Este evento perjudicó profundamente la reputación de la monarquía, ya que reforzó la percepción pública de que la corte de Versalles era corrupta y extravagante. En medio del malestar social que crecía en Francia, el escándalo añadió combustible al fuego que finalmente llevaría a la Revolución Francesa.
Después del escándalo, el collar de diamantes fue desmantelado y sus piedras preciosas dispersadas por Europa. Aunque la pieza original se perdió en su totalidad, gran parte de los diamantes acabaron en manos de la aristocracia británica. La historia tomó un giro fascinante cuando estos diamantes llegaron a la familia de los marqueses de Anglesey, en el Reino Unido.
Una de las descendientes de esta familia, la marquesa Shirley Paget, lució parte de los diamantes en una nueva versión del collar durante la coronación de la reina Isabel II en 1953, haciendo que esta joya volviera a tener un protagonismo en otro momento histórico significativo de la realeza europea.
La coronación, un evento seguido a nivel mundial, añadió otro capítulo a la historia de esta joya, ahora asociada a dos de las monarquías más poderosas del continente: la francesa y la británica.
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Este noviembre, el brillante pasado de esta pieza renacerá cuando el legendario collar salga a subasta en Sotheby’s, una de las casas de subastas más prestigiosas del mundo. Los expertos estiman que la joya podría alcanzar un valor superior a los dos millones de euros, un precio que refleja no solo la extraordinaria calidad de los diamantes, sino también su incalculable valor histórico.
La posibilidad de adquirir un objeto vinculado tanto a la trágica figura de María Antonieta como a la realeza británica es una oportunidad única que seguramente atraerá a coleccionistas, historiadores y amantes de la alta joyería.
El interés por la pieza no radica únicamente en su deslumbrante apariencia, sino también en su capacidad para contar una historia cargada de lujo, poder y traición. Cada diamante de este collar es testigo de intrigas palaciegas, cambios de poder y ceremonias regias, siendo un recordatorio del turbulento pasado de Europa.
Para los amantes de las joyas con historia, esta subasta representa una oportunidad incomparable de poseer un pedazo de una de las leyendas más fascinantes de la historia europea. Desde los salones de la corte de Luis XVI hasta los pasillos de la monarquía británica, el collar ha sido parte de dos mundos que se entrelazan en esta joya única.
Después de pasar décadas guardado, el brillo de este tesoro histórico regresa al primer plano, listo para seducir nuevamente a coleccionistas y admiradores de la alta joyería con su mezcla de opulencia, tragedia y un valor cultural incalculable.
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