Una excelente idea no es suficiente, ni poner toda la pasión y tiempo a una empresa cuando se busca alcanzar beneficio y reconocimiento. Muchos otros factores son determinantes para lograr el éxito, como entender las leyes del mercado, conocer muy bien quién es la competencia, asumir el riesgo de una manera realista, planificar desde cero cada paso y, por qué no, saber el momento oportuno para decidir cerrar si el negocio no funciona.
En los negocios pueden existir productos buenos que no tienen mercado, así como grandes mercados con mucha competencia de oferta. En este panorama, cómo funciona el mercado y de qué forma un producto entra en la oferta es un punto vital para establecer estrategias exitosas.
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Conocer quiénes lo componen, de qué forma se mantiene dinámico, estar al tanto de sus necesidades, así como definir quiénes son los competidores y cuáles son sus movimientos son aspectos que ayudan a evitar fracasos.
Evitar los fracasos es la mejor manera de no lograr algo importante en la vida, y eso se aplica también en los negocios. Pero no todos los riesgos hay que tomarlos y, cuando se toman, no todos llegan tener éxito, por lo que hay una clara diferencia entre unos y otros.
El exitoso analizará antes si vale la pena asumir el riesgo dedicándole al proyecto tiempo, dinero y esfuerzo, y mantendrá recursos y planes de reserva para afrontar cualquier eventualidad.
Es imposible construir algo desde cero sin una cuidadosa planificación, por más espíritu emprendedor que se tenga. En los negocios se asume un compromiso a largo plazo, en el que habrá que esperar mucho tiempo para ver resultados positivos, y una planificación es lo que permitirá gestionar todos los recursos de manera efectiva, a la vez que ofrecerá la oportunidad de anticipar problemas y aportar las soluciones necesarias.
La planificación es un compromiso que debe asumirse desde antes de iniciar cualquier negocio.
No todos los negocios que se emprenden resultan tener éxito, y hay ejemplos de empresarios que no lo lograron al primer intento. En ese caso, es mejor estar preparados para tomar la decisión de no continuar cuando el esfuerzo no rinda los frutos esperados.
En el ámbito empresarial, a veces es mejor salir a tiempo y buscar otras alternativas que continuar con gastos innecesarios en un negocio donde no se va a recuperar la inversión. (rmj)
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