En un mundo pre-pandémico, el turismo solía ser increíble para la economía pero devastador para los ecosistemas. Todavía lo es, pero con una sociedad un poco más consciente, compañías con mayor responsabilidad social y estados preocupados por la sostenibilidad de sus decisiones.
Frente a los ojos del mundo completo, pasaron muchos acontecimientos que llevaron a reformular nuestras prioridades, relaciones y hasta forma de vivir. Por ello, los turistas podrían llevar el turismo a tomar otro camino hacia uno más saludable para la naturaleza.
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Sin embargo, practicar el turismo sostenible en algunos países es casi imposible mientras ese gobierno o población no se preocupe por hacerlo pasar. En otras localidades, las empresas se preocupan por hacer crecer mencionado nicho, reducir su huella de carbono, respetar su entorno e impulsar actividades sostenibles.
En 2019, el turismo contribuyó US$ 8,9 millones a la economía mundial, suponiendo el 10,3% del Producto Interno Bruto (PIB). Es un sector que pese a presentar declives, no morirá; la Organización Mundial del Turismo afirma que los alojamientos representan hasta el 5% del dióxido de carbono global emitido por la industria. Los hoteles sostenibles son la óptima solución.
La Organización Mundial del Turismo reúne características esenciales que un complejo hotelero debe tener para ser considerado como sostenible:
Los hoteles que brindan la experiencia completa mientras contribuyen con el medio ambiente empiezan a notarse, pero la industria debe seguir adaptándose y tomando la responsabilidad que le corresponde. Estos son los ya existentes que destacan en dejar una huella, pero verde:
Ubicado en Playa del Carmen, México, está certificado por Rainforest Alliance –la organización promueve la acción colectiva para la naturaleza, el sello significa que el producto se elaboró bajo los tres pilares de la sostenibilidad–. El complejo se encarga de rescatar y repoblar animales, al mismo tiempo que apoya la comunidad Maya local.
En París, Francia, esta cadena de alojamientos construyó el mencionado específicamente como una forma de reducir el impacto ecológico de la infraestructura. Desde el diseño hasta sus operaciones, se han comprometido a mejorar el bienestar: usaron materiales sostenibles, paneles solares, unidades de tratamiento de aire, entre otros. El hotel ofrece 205 habitaciones con su vestíbulo de 500 metros cuadrados.
En lugar de modificar el terreno para dar cabida a su hotel, la cadena decidió adaptar sus instalaciones. Ubicado en la isla Sentosa, Singapur, se ha cuidado en integrar el hábitat al diseño, priorizando espacios abiertos y preservando las características naturales que la rodean.
Localizado en Austin, Texas, Estados Unidos, tiene tres décadas haciendo uso generalizado de energías alternativas, incorporación de huertos e hierbas. Ofrece también alimentos orgánicos apoyando la comunidad y comerciantes locales.
Sus esfuerzos de conservación de recursos destacan en la lista, este hotel cuenta con un sistema de captura de agua de lluvia y reciclaje de aguas grises, también, redujo el uso de plástico hasta un mínimo; animan a sus clientes a tomar decisiones con bajas emisiones de carbono. Ubicado en Tailandia.
Singapur parece apostar en grandes cantidades por la sostenibilidad, este es el segundo hotel del país que figura en la lista de los hoteles más sostenibles del mundo. Durante la construcción de la infraestructura, redujeron el uso de hormigón en más de un 80%, su consumo de recursos es regulado, incluso ahorran 32,5 piscinas olímpicas en agua cada año y mantienen sus miles de metros cuadrados de jardines recolectando agua de lluvia.
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