Entrenar el cuerpo es una práctica muy habitual en el día a día de muchas personas. Salir a correr, andar en bicicleta, ir al gimnasio, practicar algún deporte… Son actividades que reconocemos como saludables. Pero, ¿qué pasa con nuestra mente? Al igual que los músculos, necesita su dosis de entrenamiento diario. La meditación puede ser nuestra gran aliada para mantenerla sana y en forma. Por eso, queremos hablarte de los beneficios de meditar y mostrarte unos sencillos pasos para que te inicies en este relajante mundo.
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La meditación es un campo muy amplio, que incluye desde técnicas milenarias hasta otras muy vanguardistas. Por ello, deberás dedicar un tiempo a investigar y probar, con guías o aplicaciones. Cuando encuentres la técnica que mejor se adapta a tus gustos y necesidades, es recomendable que realices tus primeras sesiones apoyándote en vídeos explicativos, para después volar por tu cuenta.
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El éxito en la meditación está relacionado con la regularidad. Debes ser constante, encontrar tus 15 minutos al día para entrenar tu mente. De poco sirve realizar una sesión de tres horas un día si los dos siguientes te olvidas de meditar.
Una de las claves de la meditación es el lugar. Necesitas un sitio tranquilo, sin ruidos, sin estímulos externos que afecten a tu concentración. La hora también juega un papel importante. Busca un momento del día en el que nadie vaya a necesitarte durante un rato, en el que puedas olvidarte del teléfono. Construye el escenario perfecto para centrarte en meditar.
No necesitas cruzar las piernas o colocarte de una forma extravagante. Simplemente, siéntate en un lugar cómodo (puedes ayudarte de un cojín de meditación), con una ropa agradable. Luego, estira un poco la nuca y cierra los ojos.
La relajación y el enfoque son dos aspectos vitales para que la sesión nos aporte todo su potencial. Utiliza cualquier elemento que pueda ayudarte a estar relajado, por ejemplo una música suave o un aroma agradable. Además, y quizás este sea el punto más complicado, debes dejarte llevar por las instrucciones de la técnica que has elegido. Si pierdes el foco, respira hondo y vuelve suavemente al camino. No pienses si lo estás haciendo mejor o peor. Simplemente, intenta fluir.
Aquí está a gran clave, trasladar las técnicas de tus 15 minutos meditación al resto del día. Especialmente en la relativo a mantener la concentración en el presente, a desarrollar una atención plena en lo que estás haciendo, sin dejarte llevar por otros factores. Sin anticipar problemas. Integrar lo que aprendemos en nuestras sesiones a otros momentos cotidianos, como cuando hacemos deporte, trabajamos, leemos, conversamos o paseamos al perro, hará que la meditación mejore enormemente nuestra calidad de vida.
Por Borja Santamaría
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