Según datos del Global Gender Gap Report 2023, al ritmo actual se tardarían 131 años en cerrar la brecha de género. En el último año, el avance ha sido apenas del 0.3 %. Queda, por tanto, mucho camino por recorrer para que las oportunidades, derechos y responsabilidades de hombres y mujeres se equiparen de forma justa en todo el planeta.
¿Cómo se puede acelerar ese necesario proceso? Pese a que no existe unanimidad, algunos expertos señalan un posible aliado que, si bien no solucionaría el problema de raíz, sí supondría una mejoría en ciertos aspectos: la semana laboral de 4 días.
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Así lo apunta, por ejemplo, el Foro Económico Mundial, que señala este modelo productivo como una herramienta para reducir desigualdades en el ámbito de la conciliación y las labores domésticas.
El Foro cita datos de la publicación BMJ para apuntar que, en este momento, las mujeres asumen tres veces más tareas domésticas y de cuidados no remuneradas que los hombres. Una realidad que está asociada a un mayor estrés y carga mental, reduciendo la calidad de vida.
Tal es así que hasta un tercio de las mujeres trabajadoras han considerado, en el último año, dar un cambio a su carrera para buscar un empleo menos demandante o, incluso, dejar de trabajar.
La semana laboral de 4 días puede tener un impacto en esta realidad. Lo demuestra la prueba llevada a cabo por 4 Day Week Global con 33 empresas de 6 países, que adoptaron el modelo durante 6 meses.
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Entre las múltiples conclusiones, la mayoría positivas, el estudio apunta a un aumento del 22 % en el tiempo dedicado por los hombres al cuidado de sus hijos. En cuanto a la implicación de los hombres con semanas laborales de 4 días en las tareas domésticas, el crecimiento de tiempo fue del 23 %.
«En su diseño, la semana laboral de 4 días parece neutral en términos de género, pero tendrá un impacto de género, beneficiando a las mujeres porque son las que realizan más trabajos domésticos y de cuidados», confirma la directora del Center for Women and Work de la Rotgers University, Yana Rodgers.
Y es que este modelo laboral no sólo beneficia la conciliación al liberar un día semanal más para las mujeres, sino que precisamente lo hace por incentivar la implicación de los hombres en esas labores que impactan decisivamente en la brecha de género.
Es uno de los beneficios sociales y económicos que puede tener la semana laboral de 4 días,. El modelo lleva tiempo siendo testado y se empieza a convertir en una realidad productiva en diversas empresas de todos los tamaños y sectores.
Con información del Foro Económico Mundial
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