Son muchas las mujeres que se han preguntado cómo pueden vivir de ser una nómada digital, para recorrer el mundo entero desarrollando su pasión.
Diseñadora y directora de arte, Carolina Lara Mesa vive como una nómada digital a la que vez que imparte desarrollo de Portafolios en Miami Ad-School Punta Cana. Es una creativa con el blend perfecto entre diseño y una profunda determinación y actitud.
Una de las experiencias que le han motivado a especializarse en el diseño la tuvo a sus 11 años, cuando visitó el Museo de Salvador Dalí en Florida. Allí entendió que podía vivir del arte y el diseño. Sin embargo, faltaban algunos años más antes de descubrir la posibilidad de viajar por el mundo haciendo lo que le apasionaba.
Con el mundo. El mundo, la tecnología y la libertad que nos da vivir en esta era. Empecé este proyecto viviendo en Europa. Soy colombiana, me fui a estudiar a Francia y después, a España. Allí comienza mi carrera profesional.
El primer cliente que me generó la libertad para poder hacer esto estaba en España. Después vino otro y otro y yo estaba en algún viaje. Entonces comencé a hacer el proyecto desde lejos.
Recuerdo que esa primera vez estaba en Sicilia cuando me salió ese primer proyecto y ahí no había wifi en los cafés con wifi o los Airbnb. Me tocaba coger mi bolso y caminar dos kilómetros al pueblo para sentarme en el único sitio que tenía conexión, hacer el proyecto y volver a caminar dos kilómetros.
Y así poco a poco, sin planearlo, empecé a darme cuenta de que se podía hacer.
Pues no ha sido tarea fácil. Sobre todo porque empecé a trabajar remotamente en una época en la que todavía el trabajo remoto ni siquiera tenía ese nombre, por decirlo así.
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Creo que el primer paso fue obviamente formarme muy bien, ser buena en lo que hago, ganar la confianza de los clientes y poco a poco ir demostrando que el trabajo cuando lo haces con gusto, sale muchísimo mejor que cuando estás siguiendo unas reglas rígidas.
Con el tiempo mis clientes se han dado cuenta que el trabajo hecho con felicidad al final fomenta la creatividad y las cosas salen muy bien.
Creo que la confianza, el trabajo constante y la disciplina son factores esenciales. Porque ser nómada no significa estar de vacaciones, significa que no vives en un solo lugar. La disciplina hace que generes una confianza en los clientes y el número se vaya agrandando.
Sin miedo. De la misma manera que manejo los viajes. Yo realmente he tenido situaciones en mi vida en las que me he tenido que enfrentar mucho al desapego no solamente de clientes, sino de personas, de sitios, de objetos… Entonces, cuando entiendes que necesitas poco para vivir, le pierdes el miedo a la vida y eso incluye los clientes.
Siempre vas a encontrar otro trabajo, o por lo menos es la manera en que yo decido enfrentar la vida, sin tenerle miedo.
Mi consejo siempre sería comenzar con pasos pequeñitos. Si tú tienes ganas de aprender a trabajar remotamente o de irte a trabajar fuera, no tienes que cerrar tu apartamento y tu vida, venderlo todo e irte mañana.
Vete un mes, empieza un mes. ¿Qué tal si te planteas irte al país de tus sueños durante tres o cuatro semanas? Lo pruebas y vuelves.
Probablemente te vas a enamorar y te va a encantar el proceso. Y vuelves y empiezas, y la siguiente vez lo haces dos meses, hasta que llegas a un punto en el que te sentirás lo suficientemente sólida y fuerte y hayas logrado tener esa disciplina que conlleva trabajar desde varios países.
Y a partir de ahí creo que el proceso se va haciendo más orgánico.
Los retos que he tenido que afrontar han sido sobre todo la credibilidad, que me escuchen. Otro ha sido identificar los líderes que me pueden llevar al siguiente nivel.
Al final del día todo reposa en la organización, si puedes lograr tus metas y demostrar con data la satisfacción hacia tus clientes, ya tienes parte del camino adelantado. No debemos seguir aferrándonos a lo tradicional.
Entrevista publicada en Mercado Inspiring Women 2024
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