Desde la neurotecnología se emplea un conjunto de herramientas, que permiten además de analizar, influir sobre el sistema nervioso humano, principalmente sobre el cerebro, abriendo la posibilidad de descifrar de forma total la información de la mente.
Entendiendo el cerebro como el órgano más deslumbrante del cuerpo humano y cuyo funcionamiento es, hasta ahora, uno de los principales misterios en el campo de la neurociencia, la comunidad científica tras años de estudios asegura que gracias a la neurotecnología lograrán revolucionar la sociedad y abrir un nuevo abanico de posibilidades para la cura de enfermedades neurodegenerativas.
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Pero ¿hasta qué punto esta disciplina beneficiaría a la humanidad?
Según explica Javier Mínguez, experto de Future Trends Forum y profesor de neurotecnología en la Universidad de Zaragoza, en España, “la neurotecnología es una tecnología transformadora que va a tener un impacto transversal sobre muchos ámbitos de aplicación de nuestras vidas”.
En el caso específico de los beneficios para la salud, la neurotecnología ha permitido desarrollar fármacos para alteraciones mentales, como la depresión, el insomnio, el déficit de atención.
La llamada nueva ciencia ha logrado implementar tecnologías para la rehabilitación neurológica luego de accidentes cerebrovasculares y para la recuperación de la audición con los implantes cocleares, avances importantes en Parkinson, específicamente en aquellos pacientes que no responden a los tratamientos Farmacológicos.
En estos casos, se coloca un dispositivo que se desempeña como un marcapasos, pero a nivel cerebral, lo que provoca una estimulación profunda que permite notablemente disminuir la sintomatología del temblor asociado a la enfermedad.
Solo de abreboca a lo que se puede lograr con esta joven ciencia, los científicos han logrado que una persona tetrapléjica pueda mover una mano de forma voluntaria, con ayuda de la inteligencia artificial.
Los avances actuales sobre las ciencias del cerebro permiten la posibilidad de analizar, registrar, alterar y manipular la actividad del cerebro, esto es lo que científicamente se conoce como “neuromodulación”, si además, se incluyen los avances en materia de sistemas y microcircuitos, surge la neurotecnología que, junto con la inteligencia artificial, ha demostrado que es posible acceder a parte de la información almacenada en el cerebro e incluso llegar a leer y escribir la actividad cerebral de las personas.
El mundo científico tiene el ojo puesto en elevar la inteligencia del ser humano, mejorar la memoria, ayudar a la toma de buenas decisiones y, de manera transitoria, proporcionar una extensión de la mente humana.
Sin embargo, lo que en un principio inició con el propósito de diagnosticar, comprender y lograr la cura de enfermedades psiquiátricas y neurológicas, podría conducir a un camino tenebroso, donde la privacidad mental deje de existir.
Facundo Manes, neurólogo, neurocientífico y doctor en ciencias de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, afirma que desde la neurotecnología se tiene “la posibilidad de registrar, hackear y hasta mandar por wifi lo que pasa por nuestra cabeza”.
Expertos en el tema definen a esta ciencia como un posible espía que podría escudriñar los más íntimos pensamientos del ser humano, teniendo no solo acceso a ellos, sino también recopilándolos, compartiéndolos y peor aún, manipulándolos.
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Definidos como un nuevo marco jurídico internacional de derechos humanos destinados específicamente a proteger el cerebro y su actividad, a medida que evolucione la neurotecnología.
El concepto de Neuroderechos ha sido desarrollado por la plataforma Neuro-Rights Initiative, abriendo así una nueva ventana liderada por la Universidad de Columbia, en Nueva York.
La iniciativa es impulsada por una comunidad internacional de neurocientíficos, encabezada por Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia, quien propuso en 2017 ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) incorporar a la carta de derechos humanos, cinco neuroderechos inalienables: la privacidad mental, la identidad personal, el libre albedrío, el acceso equitativo y la no discriminación:
En general, los científicos buscan evitar el mal uso o las desigualdades que podrían generar las neurotecnologías. En los últimos años, la causa de los neuroderechos ha tenido avances en varios países.
Chile fue el primer en aprobar una modificación en su constitución para incluir los derechos digitales y la protección de la “integridad mental” ante el avance de las neurotecnologías, con esto, busca blindar al cerebro ante posibles ciberataques en el futuro cercano.
En tanto, la NeuroRights Initiative, se ha propuesto conseguir que los avances digitales no interfieran con los neuroderechos, afianzando su lucha en la aceptación de esta premisa por parte de las principales empresas tecnológicas del mundo.
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