Llegar a la tercera edad es un privilegio para muchos, incluso es considerado como un regalo de la vida, pero lo más asombroso es cuando se preserva intacta la lucidez de la memoria, es como tener el don de recordar perfectamente episodios cotidianos como lo suelen hacer adultos de 50 o 60 años.
Existe un segmento poblacional denominado los “SuperAgers”, cuya edad oscila entre los 80 años y más. Estos son seres especiales por tener una memoria brillante, debido a que son capaces de rememorar eventos tal cual sucedieron, como si se tratase de una historia fotográfica mental.
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Estos octogenarios son imprescindibles para que la ciencia pueda avanzar en materia de envejecimiento saludable y en el estudio de las enfermedades relacionadas al envejecimiento como la demencia, el Alzhéimer o el Párkinson.
Estilo de vida saludable, principal paso para un envejecimiento exitoso.
Un estudio desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid, España, determinó que estos individuos no solo tienen una capacidad cognitiva parecida a la de alguien de unos 50 años, sino que son mucho más ágiles. Igualmente, poseen destrezas de movimientos mucho más rápidos para realizar tareas habituales que la de adultos sanos de su misma edad. Además, sus tasas de ansiedad y depresión también son menores. Así lo aseguró el director del estudio, Bryan Strange.
De su lado, Marta Garo-Pascual, de la Fundación Alzhéimer del Centro Reina Sofía, en Madrid y primera autora del estudio, indicó que, “Estamos más cerca de resolver una de las preguntas más grandes sin respuesta sobre el superenvejecimiento: si son realmente resistentes al declive de la memoria relacionado con la edad o si tienen mecanismos de afrontamiento que les ayudan a superar este declive mejor que sus pares”.
De acuerdo con los resultados arrojados por el estudio, los científicos manifiestan que los SuperAgers son resistentes a estos procesos, aunque las razones certeras aún no están bien claras. Al examinar más los vínculos entre el envejecimiento y la rapidez de movimiento, es posible que puedan obtener conocimientos importantes sobre los mecanismos que permiten la preservación de la función de la memoria hasta edades avanzadas.
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Científicamente, no se ha determinado la existencia de un factor biológico o genético para poder distinguirlos de la población normal. “Sabemos que han sido más activos durante los 40 y 60 años, pero en términos de hacer más deportes o ejercicio. Además, de tener los factores relacionados con la enfermedad cardio y cerebrovascular controlados, tensión arterial, glucosa, etc. La mayoría de ellos tenía una buena salud mental”, explicó Strange.
Este término fue acuñado por los investigadores de Northwestern, quienes establecieron que la persona en cuestión debía tener más de 80 años y estar dispuesto a someterse a una serie de pruebas cognitivas exhaustivas. Para formar parte del estudio, la memoria de la persona debe ser tan buena o mejor que la de las personas cognitivamente normales de entre 50 y 60 años.
«Se requiere que los SuperAgers tengan una memoria episódica sobresaliente, la capacidad de recordar eventos cotidianos y experiencias personales pasadas, pero más allá de eso solo necesitan tener un rendimiento promedio en las otras pruebas cognitivas», informó la neurocientífica cognitiva Emily Rogalski, profesora de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Escuela de Medicina Feinberg.
Cuando son admitidos a la evaluación, se les practican escaneos 3D coloridos del cerebro y las pruebas cognitivas, cuyas imágenes cerebrales se repiten una vez por año más o menos. Los resultados que han arrojado estas pruebas a lo largo de los años son realmente fascinantes.
“Es importante señalar que cuando comparamos a los SuperAgers con las personas promedio de esa edad, tienen niveles similares de coeficiente intelectual, por lo que las diferencias que estamos viendo no se deben solo a la inteligencia”, expresó Rogalski.
Son más resistentes a padecer enfermedades neurodegenerativas, como el Alzhéimer, Párkinson y demencia.
Normalmente, los cerebros de la mayoría de las personas disminuyen su tamaño mientras envejecen. No obstante, en los SuperAgers, las investigaciones han verificado que la corteza, encargada del pensamiento, de la toma de decisiones y de la memoria, sigue siendo mucho más gruesa y se encoge más lentamente que la de las personas de 50 y 60 años.
Gracias a la donación de un cerebro de un SuperAger fallecido, al programa de investigación, se pudo probar que tiene células más grandes y saludables en la corteza entorrinal. Considerándose como: «una de las primeras áreas del cerebro en ser golpeada por la enfermedad de Alzheimer», afirmó Tamar Gefen, profesora asistente de psiquiatría y ciencias del comportamiento en Northwestern.
La corteza entorrinal tiene conexiones directas con otro centro clave de la memoria, el hipocampo, siendo una parte esencial para la memoria y el aprendizaje. Asimismo, se precisó en dicho estudio que tienen tres veces menos enredos de tau o formaciones anormales de proteína dentro de las células nerviosas, que los cerebros cognitivamente saludables. La existencia de Tau es un signo característico del Alzhéimer y otras demencias.
Milagros Infante
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