Un día semanal menos de trabajo, mismo salario, y un día más para formarse, reflexionar, desconectar o disfrutar. Son las bases de la semana laboral de 4 días, que empieza a consolidarse como una alternativa. Con ese objetivo, la organización británica «Autonomy», con el soporte de la plataforma «4 Day Week Global», puso en marcha un piloto en Reino Unido entre junio y diciembre de 2022. Los resultados fueron excelentes.
Sirva un dato para resumir el impacto que esta modificación causó en los participantes: el 92 % de las compañías va a continuar con el modelo más allá de la prueba.
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En total, 61 empresas tomaron parte en el piloto, considerado el de mayor calado en el mundo relacionado con esta cuestión. Durante el semestre, las jornadas a 34 horas distribuidas en 4 días, manteniendo invariables los salarios. 56 de ellas, según recoge Reuters, mantendrán por el momento el calendario y el 30 % planea adoptarla como una medida permanente.
La nota media que los responsables de las compañías pusieron al piloto fue de 8.3 sobre 10. Respecto a la productividad, seguramente la gran preocupación de los CEO al plantearse este modelo, la nota fue de 7.5. De hecho, el aumento en los ingresos fue relevante durante el período de prueba. La media de crecimiento en las ganancias fue de un 1.4 %, lo que en comparación con períodos similares en años anteriores supone un 35 % más.
Excelentes resultados que se trasladan al otro lado de la ecuación. De los 2,900 empleados de diferentes sectores que participaron, el 96 % mostró su preferencia por la semana laboral de 4 días, por sólo un 2 % que apostaba por regresar a la semana de 5 días.
La encuesta posterior al piloto recogía, además, un dato revelador. El 15 % de los empleados que querían permanecer en una jornada de 4 día aseguraba que ninguna compensación económica o salarial les haría cambiar de parecer. Es decir, las ventajas estaban muy por encima de cuestiones monetarias.
Los beneficios percibidos por los empleados están relacionados con el tiempo libre, pero también entran dentro del terreno de la salud mental. El nivel de burnout registrado se redujo un 71 % entre el inicio y el final de la prueba. Las dificultades para dormir entre los participantes cayeron un 40 %. Además, la satisfacción de los empleados con su vida aumentó en un 73 % entre junio (inicio de la prueba) y diciembre (final) de 2022.
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El efecto de la semana laboral de 4 días en el terreno moral se tradujo en un refuerzo del autoestima. En una escala del 0 al 10, la nota que los trabajadores dieron a sus propias habilidades laborales aumentó un 55 % después de la prueba piloto. El 62 % de los empleados siente que su ritmo de trabajo aumentó.
La energía positiva se trasladó a otros ámbitos de la vida: el 44 % señala que sus finanzas domésticas mejoraron y el 45 % sintió crecer sus relaciones personales.
Factores que, combinados, aumentaron la productividad de los empleados y la satisfacción de los empleadores. «El equipo hace más trabajo en menos tiempo», señaló a Reuters Paul Oliver, COO de Citizens Advice Gateshead.
Ed Siegel, CEO de Charity Bank, relata la experiencia en The Guardian. «Para dos tercios de nuestra plantilla fue excelente, ha sido un gran éxito», señaló. «Supieron hacer la transición y les encanta. Muchos han cambiado el chip, sienten que trabajan en una gran organización».
Para el resto, en su mayoría gente veterana acostumbrada a pasar largas horas en la oficina (entre los que se incluye), Siegel afirma que la empresa les ofrecerá la posibilidad de elegir y, en el caso de que quieran pasar a las semanas de cuatro días, los apoyará en el proceso.
Mike Downs, CEO de la Royal Society of Biology, explica al mismo medio que el cambio obliga a repensar las organizaciones. «No hay forma de reducir las horas de trabajo y mantener la productividad sin hacer las cosas de diferente manera», advierte.
En su caso, lo lograron. «Puedo decir, sin exagerar, que es la repuesta más positiva que he visto nunca a una encuesta para empleados. Fue unánime. Todos estaban muy a favor». El clamor se une a los hechos. Downs afirma que nadie percibió que los servicios se redujeran o perdieran calidad.
Unos resultados excelentes que convierten a «4 Day Week Campaign», en palabras de su director Joe Ryle, en «el mayor avance a favor de la semana laboral de 4 días».
Borja Santamaría
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