La política comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido una de las más controvertidas y disruptivas en las últimas décadas. Su enfoque proteccionista, centrado en la imposición de aranceles a las importaciones de varios países, ha generado tensiones económicas y diplomáticas a nivel global.
Tras semanas de advertencias sobre la implementación de aranceles a las importaciones provenientes de sus tres principales socios comerciales, el mandatario norteamericano ha concretado lo que podría marcar el comienzo de una guerra económica a gran escala.
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Los aranceles son un tipo de impuesto concreto que se aplica a los productos importados desde el extranjero cuando entran a un país a través de las aduanas.
Cada Estado tiene la potestad de decidir a qué tipo de productos los impone, así como su porcentaje y el país importador es quien asume la mayor parte del impuesto
La imposición de aranceles por parte de la administración Trump no fue una medida aislada, sino parte de una estrategia más amplia para redefinir las relaciones comerciales de Estados Unidos con el mundo.
Según analistas de Banca March, estos aranceles podrían ser revocados en el futuro si se alcanzan los objetivos clave de la administración, como el control de la inmigración y la reducción de los déficits comerciales.
Norbert Rücker, economista del banco suizo Julius Baer, describe los aranceles como una «herramienta de choque» diseñada para mejorar la posición negociadora de Estados Unidos. En lugar de ser una medida permanente, se esperaba que los aranceles fueran temporales, con el fin de presionar a otros países para que accedieran a las demandas estadounidenses.
“We need to protect Americans, and it is my duty as President to ensure the safety of all. I made a promise on my Campaign to stop the flood of illegal aliens and drugs from pouring across our Borders, and Americans overwhelmingly voted in favor of it.” –President Trump pic.twitter.com/rJ9opLBJzr
— The White House (@WhiteHouse) February 1, 2025
El 1 de febrero de 2024, Donald Trump firmó tres órdenes ejecutivas que imponen aranceles a las importaciones de tres de los principales socios comerciales de Estados Unidos: México, Canadá y China. Estas medidas incluyen:
Un arancel del 25 % sobre la mayoría de los productos importados de Canadá.
Un arancel del 10 % sobre los productos energéticos canadienses.
Un arancel del 10 % sobre las importaciones de China.
Trump justificó estas medidas bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), argumentando que son necesarias para combatir la entrada de fentanilo y la inmigración ilegal a Estados Unidos.
En sus propias palabras, publicadas en su red social Truth, Trump afirmó: «Tenemos que proteger a los estadounidenses, y es mi deber como presidente garantizar la seguridad de todos».
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la suspensión temporal de los aranceles del 25 % que había propuesto contra México, tras una conversación con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum.
El acuerdo incluye un compromiso por parte de México de reforzar la frontera con 10,000 miembros de la Guardia Nacional, mientras que Estados Unidos trabajará para frenar el tráfico de armas hacia el vecino del sur.
Por su parte, la presidenta mexicana confirmó el acuerdo y destacó el respeto mutuo y la soberanía de ambos países.
Sheinbaum reveló que propuso un plazo inicial de un mes para demostrar resultados en la reducción del tráfico de drogas, particularmente fentanilo, y la contención migratoria en la frontera. “
Vamos a ponerlo en pausa un mes y estoy segura de que lograremos buenos resultados para ambos pueblos
Trump, a su vez, anunció que las negociaciones estarán lideradas por altos funcionarios estadounidenses, incluidos el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Comercio Howard Lutnick, junto a representantes mexicanos.
En cuanto al tráfico de armas, esta es la primera vez que el gobierno estadounidense acepta colaborar en la prevención de la entrada de armas de alto poder a México.
Le expliqué a Trump que en nuestro país hay lanzacohetes provenientes de EE.UU. de manera ilegal y acordamos trabajar juntos para detenerlo»
La decisión de suspender los aranceles da un respiro a la relación comercial entre ambos países, altamente interconectados gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Para México, el mercado estadounidense es crucial, ya que más del 80 % de sus exportaciones tienen como destino a su vecino del norte. Por su parte, la economía estadounidense depende de México como un socio clave en sus cadenas de suministro.
No es la primera vez que Trump utiliza los aranceles como herramienta de presión. En 2018, durante su primer mandato, impuso tarifas sobre productos de acero y aluminio. Más tarde, en 2019, amenazó con imponer aranceles graduales a todas las importaciones mexicanas, pero ambas naciones lograron acuerdos para evitarlo
La imposición de aranceles no pasó desapercibida entre los países afectados, quienes respondieron con amenazas de represalias comerciales:
Canadá. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, reaccionó a la imposición de aranceles y advirtió al pueblo estadounidense que la decisión de Trump no solamente dañará la calidad de vida de los canadienses, sino también la de los propios ciudadanos de Estados Unidos, avisando que los aranceles provocarán una crisis en industrias vitales como el ensamble de automóviles.
Justin Trudeau anunció la imposición de aranceles del 25 % sobre productos estadounidenses por un valor de 30,000 millones de dólares, con una segunda ola de medidas sobre bienes por 125.000 millones de dólares, declaró: «Canadá no tolerará un ataque de un país que se supone que es aliado y amigo».
LIVE: Canada’s response to U.S. tariffs | EN DIRECT : Réplique aux tarifs douaniers américains https://t.co/1R7HT03O9G
— Justin Trudeau (@JustinTrudeau) February 2, 2025
China. Según estimaciones, los aranceles del 10 % a las importaciones chinas restarían aproximadamente 0,2 puntos del PIB chino en dos años.
Gilles Moëc, economista jefe de Axa IM, describe este impacto como «manejable», siempre que no se trate de una medida inicial que dé paso a aranceles más elevados en el futuro.
Sin embargo, la escalada de tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podría tener consecuencias más amplias.
El gigante asiático ha reaccionado con firmeza ante la reciente decisión de Estados Unidos. Pekín ha catalogado esta acción como un “grave error” y ha anunciado su intención de presentar una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El Ministerio de Comercio de China ha señalado que la imposición unilateral de estos aranceles infringe de manera significativa las normativas de la OMC y no contribuirá a resolver los problemas internos de Estados Unidos. Además, advirtió que esta medida podría perjudicar seriamente la cooperación económica y comercial entre ambas naciones.
De este modo, el gobierno chino implementará contramedidas para salvaguardar sus derechos e intereses.
Ante este panorama y con la suspención temporal de estas medidas arancelarias a México, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este que empezará un diálogo con China sobre los aranceles «probablemente» en las próximas 24 horas.
«Tenemos reuniones planificadas y veremos qué pasa. Pero eso fue solo un primer paso. Si no podemos llegar a un acuerdo con China, entonces los aranceles serán muy, muy sustanciales», añadió el presidente estadounidense.
La imposición de aranceles tiene el potencial de desencadenar una guerra comercial en Norteamérica, con graves repercusiones para las economías involucradas. Algunos de los sectores más afectados incluyen:
Automotriz. Las cadenas de suministro entre Estados Unidos, México y Canadá están altamente integradas. Los aranceles podrían aumentar los costos de producción y, en última instancia, los precios de los vehículos.
Energía. Estados Unidos importa aproximadamente el 60 % de su petróleo de Canadá. Los aranceles sobre los productos energéticos podrían elevar los precios de la gasolina, especialmente en el Medio Oeste.
Agricultura. Los productos agrícolas mexicanos, como los aguacates, los tomates y los pepinos, podrían encarecerse rápidamente, afectando a los consumidores estadounidenses.
Además, los aranceles podrían generar presiones inflacionarias en Estados Unidos. Según analistas de Goldman Sachs, estas medidas podrían ralentizar el crecimiento económico y aumentar los precios de bienes y servicios.
La decisión de Trump no solo afecta a México, Canadá y China, sino que también podría extenderse a otros socios comerciales.
El mandatario norteamericano ha mencionado la posibilidad de imponer aranceles a la Unión Europea, acusándola de tratar «terriblemente» a Estados Unidos en términos comerciales. Esto sugiere que las políticas proteccionistas de Trump podrían desencadenar una guerra comercial a gran escala, con consecuencias impredecibles para la economía global.
En respuesta, la Unión Europea ha expresado su preocupación y oposición a las medidas adoptadas por Estados Unidos.
La UE considera que los aranceles impuestos de manera arbitraria son perjudiciales tanto para las economías involucradas como para el sistema comercial global. Las políticas proteccionistas elevan los costos empresariales, afectan a los trabajadores y consumidores, y generan inflación, lo que podría causar trastornos económicos innecesarios.
La relación comercial entre la UE y Estados Unidos es una de las más importantes a nivel global, representando casi el 30 % del comercio global y el 43% del PIB mundial.
En 2023, el comercio entre ambos bloques superó los 1.5 mil millones de euros, y aproximadamente 10 millones de personas trabajan en filiales de empresas de ambos lados del Atlántico.
A pesar de las tensiones actuales, la UE aboga por fortalecer esta relación, ya que las medidas arancelarias generalizadas podrían perjudicar a todas las partes involucradas. Además, considera que los mercados abiertos y el respeto por las normas comerciales son clave para un desarrollo económico sólido y sostenible.
De este modo, la Unión Europea insta a Estados Unidos a reconsiderar sus políticas proteccionistas y optar por una cooperación más constructiva.
A pesar de los impactos negativos, algunos analistas confían en que los aranceles podrían ser suspendidos rápidamente si los países afectados toman medidas para abordar las preocupaciones de Estados Unidos.
No obstante, la incertidumbre política y económica generada por estas medidas arancelarias podría tener efectos duraderos. La desconfianza en las relaciones comerciales internacionales y la posibilidad de represalias podrían dificultar la recuperación económica global.
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