Marisol Argueta: La salvadoreña que conecta el poder para transformar América Latina

En un mundo donde los desafíos económicos, climáticos y sociales exigen respuestas coordinadas, América Latina busca posicionarse como un actor clave en la formulación de soluciones globales. Marisol Argueta de Barillas, directora principal para América Latina del Foro Económico Mundial, encarna este esfuerzo. Su trayectoria, desde la diplomacia hasta el liderazgo en foros internacionales, la ha convertido en una de las voces más influyentes de la región en el escenario global.

Diplomacia y conexión entre sectores: La carrera de Marisol Argueta marcada por el impacto 

Originaria de El Salvador, Argueta de Barillas creció en un contexto de conflicto armado, lo que moldeó su visión sobre la necesidad de construir puentes entre sectores y países. Su carrera comenzó en el servicio diplomático salvadoreño, donde llegó a ser ministra de Relaciones Exteriores en 2008. «Representar los intereses de un país pequeño en el escenario global me permitió comprender la importancia de las alianzas estratégicas», afirma.

En 2010, su ingreso al Foro Económico Mundial marcó un punto de inflexión. Desde entonces, ha trabajado incansablemente para conectar a líderes gubernamentales, empresariales y de la sociedad civil en torno a temas cruciales como la desigualdad económica, la digitalización y el cambio climático. Su enfoque pragmático y orientado a resultados la ha llevado a encabezar iniciativas como el «Centro para la Cuarta Revolución Industrial en América Latina», destinado a preparar a la región para los desafíos tecnológicos del siglo XXI.

Oportunidades y riesgos en la economía latinoamericana con la visión de Marisol Argueta

América Latina enfrenta un contexto económico complejo: inflación persistente, desaceleración del crecimiento y una alta dependencia de las exportaciones de materias primas. «El mayor reto es lograr una recuperación económica inclusiva», advierte Argueta de Barillas. La informalidad laboral, que afecta a más del 50% de los trabajadores de la región, y la corrupción siguen siendo barreras estructurales para un desarrollo sostenible.

Sin embargo, la líder salvadoreña se mantiene optimista. «La región tiene un capital humano y recursos naturales excepcionales. Lo que falta es una mejor coordinación y voluntad política para aprovecharlos estratégicamente», sostiene. En su visión, la inversión en infraestructura digital y educación será clave para reducir brechas de desigualdad y potenciar la competitividad regional en la economía global.

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La mujer en la toma de decisiones globales

Históricamente, la diplomacia y los organismos multilaterales han sido dominios masculinos. Sin embargo, el liderazgo de Argueta de Barillas evidencia un cambio de paradigma. «Las mujeres estamos ganando espacio en estos ámbitos, pero todavía hay mucho por hacer para lograr una representación equitativa», reflexiona. Su participación en paneles de alto nivel y su impulso a iniciativas de equidad de género refuerzan la idea de que la diversidad en la toma de decisiones no solo es una cuestión de justicia, sino también una estrategia efectiva para lograr soluciones más inclusivas y sostenibles.

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Proyecciones y legado: una agenda de acción regional

Al ser consultada sobre el futuro de América Latina, Argueta de Barillas subraya la importancia de la colaboración regional. «Los problemas que enfrentamos no tienen fronteras. Ya sea la crisis climática, la migración o la volatilidad económica, necesitamos un enfoque integrado», enfatiza. Su apuesta es clara: consolidar alianzas público-privadas, fomentar la digitalización y asegurar que los países de la región participen activamente en los debates globales.

Argueta de Barillas representa una generación de líderes que buscan transformar las instituciones y generar un impacto positivo en sus comunidades. «Mi consejo para las nuevas generaciones es que no tengan miedo de tomar riesgos y que siempre busquen el impacto colectivo», concluye. En un mundo cada vez más interconectado, su visión y liderazgo continúan demostrando que América Latina tiene mucho que aportar a la agenda global.

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