El rendimiento vive en tu gestión emocional, según Ana Ibáñez
La antillana

El rendimiento no vive solo en la agenda: vive en tu gestión emocional, según Ana Ibáñez

Por | mayo 27, 2025

Ana Ibáñez pronunció una frase que dejó una huella inmediata: “Ya puedes ser inteligentísimo, tener experiencia o estar hiperpreparado. Si estás tocado a nivel emocional, tu cerebro empieza a apagar un montón de cosas”. Así comienza a hablar la experta sobre gestión emocional.

No se trataba de una metáfora. La fundadora de Mindstudio, experta en neurociencia aplicada al alto rendimiento, hablaba desde la ciencia: imágenes de resonancia magnética funcional demuestran que un estado emocional negativo disminuye la capacidad del cerebro para funcionar a su máximo potencial. “Es una realidad cuantificable. Tu cerebro literalmente rinde peor cuando emocionalmente estás mal”, afirmó durante su conferencia “Secretos de la neurociencia para vivir mejor”, la más esperada del MediTalk Summit 2025, organizado por la revista Mercado.

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Bienestar emocional: un activo empresarial

El mensaje de Ibáñez, respaldado por años de investigación, va más allá del plano individual. Apela directamente al liderazgo empresarial y al diseño de culturas organizacionales sanas. En un mundo obsesionado con la eficiencia y la productividad, la científica española propone un giro radical: poner la salud emocional en el centro de la estrategia.

“Somos seres reprogramables”, explicó. “Cuando gobernamos mejor nuestra energía interna, transformamos nuestro entorno externo”. En otras palabras, la resiliencia, la adaptabilidad y la innovación no nacen del agotamiento constante, sino del equilibrio emocional.

Su propuesta no es sólo inspiradora, es operativa. A través de prácticas sencillas como la música matutina, la elección consciente de pensamientos y la visualización de objetivos con significado, se activan mecanismos neuronales que fortalecen la ‘antifragilidad emocional’, una competencia clave para navegar entornos inciertos y cambiantes.

Liderar con propósito (y química cerebral)

Ibáñez no evade la dimensión biológica del liderazgo. El propósito, dice, no es solo una narrativa bonita: es un disparador químico. “Nuestro cerebro está diseñado para segregar sustancias positivas cuando ayudamos a otros o contribuimos a algo mayor que nosotros mismos. Esa química cerebral no se consigue con metas vacías o superficiales”.

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Así, liderar con propósito no es un lujo filosófico, es también una ebida gestión emocional. Es una estrategia neurocientíficamente efectiva para mantener la motivación, reducir el desgaste mental y potenciar el rendimiento sostenible.

Salud mental y gestión emocional como inversión estratégica

En su intervención, Ibáñez también hizo un llamado urgente: democratizar el acceso al entrenamiento cerebral. En su visión, no basta con talleres o programas para ejecutivos de alto nivel. “La salud mental debe dejar de ser un privilegio y convertirse en una inversión estratégica para empresas y sociedades”, sentenció.

Las cifras la respaldan. Según datos del Harvard Business Review, las compañías con altos niveles de bienestar emocional reportan un 21% más de rentabilidad y hasta un 41% menos de absentismo. El Banco Mundial estima que los trastornos de salud mental costarán a la economía global más de 6 billones de dólares para 2030 si no se abordan de manera integral.

La era del rendimiento humano

Con un enfoque directo pero empático, Ana Ibáñez abre una conversación necesaria: no hay excelencia sin bienestar, y no hay empresa innovadora sin personas emocionalmente estables. En su paso por Santo Domingo, dejó algo más que datos y definiciones científicas: una invitación a repensar la forma en que lideramos, trabajamos y nos cuidamos.

“Antifragilidad no es no romperse. Es saber cómo reconstruirse mejor. Y eso empieza con entender cómo funciona tu mente y cuidarla cada día”, concluyó.

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