Un camino esperanzador hacia la regulación de la hipertensión arterial ha quedado evidenciado gracias a varios estudios que aseveran que el consumo de vitamina E está relacionado con una tensión mucho más estable y, además, contribuye a la mejora de la salud en general.
Esta demostración fue factible cuando, al medir la presión arterial y la frecuencia cardiaca de un grupo de personas que padecen la enfermedad y que habían recibido dosis diarias de esta vitamina, encontraron que sus parámetros se habían regularizado desde el inicio hasta el final de la investigación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrece datos alarmantes, al establecer que a nivel mundial hay 1,280 millones de adultos de 30 a 79 años que sufren de hipertensión, siendo esta una de las principales causas de muerte prematura en el mundo.
Esta enfermedad es considerada como letal, silenciosa e invisible, ya que es poco usual que las personas presenten síntomas, y cuando suelen hacerlo, es por la incidencia de infartos de miocardio o accidentes cerebrovasculares, muchas veces no hay vuelta atrás.
Es justamente en esta escena que juega su papel, la vitamina E por sus poderosas propiedades antioxidantes. Según las recomendaciones de los expertos en medicina es imperioso que se dejen ciertos hábitos que son dañinos para la salud del corazón y de la salud per se, siendo estos: el tabaquismo, el alcohol y el exceso de sal. No obstante, lo más acorde es realizar más ejercicios y llevar una alimentación sana y equilibrada.
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A través de un ensayo clínico desarrollado por la Unidad de Hipertensión del Centro de Investigación Cardiovascular de Isfahan (Irán), se seleccionaron un total de 70 personas con hipertensión leve y sin hipertensión secundaria (es llamada así cuando es provocada por otra afección médica), dicho ensayo continuó con el sistema triple ciego controlado con placebo.
En ese caso, los hombres y mujeres elegidos estaban en el rango de edad entre 20 y 60 años, sin presentar ningún otro factor de riesgo cardiovascular. Adicional a esto, la presión arterial y la frecuencia cardíaca fueron medidas al inicio, durante y al final del estudio. También, se tomó a consideración los hábitos alimenticios, un punto fundamental en el tratamiento de la hipertensión.
Los resultados arrojados por la investigación indican que las personas que recibieron una dosis diaria de vitamina E tuvieron una tendencia a regular las mediciones de su presión arterial. En tanto que, aquellas que recibieron el placebo mantuvieron sus mediciones.
Como es sabido, la forma más efectiva y segura de adquirir los beneficios de la vitamina E es naturalmente, mediante la dieta habitual. Ciertos alimentos la posen en demasía, destacándose entre ellos, los frutos secos. La clase médica sugiere que la cantidad a consumir diariamente sea de cuatro a cinco unidades, pero cuidado, deben ser crudos o tostados, y sin sal.
Esta potente vitamina se encuentra en: las verduras, las hortalizas, los cereales, las margarinas, los aceites vegetales, de trigo, girasol y aceite de oliva sin refinar. Un ejemplo de ello es que 100 gramos de aceite de oliva contiene 18 gramos de vitamina E. ¡Sorprendente!
De igual forma, está presente en otros alimentos, como la soja, las fresas o los dátiles, el huevo, el pescado azul y los aguacates (con 4 miligramos de vitamina E por cada 100 gramos).
Según la Fundación Española del Corazón, la cantidad recomendada de esta vitamina son ocho miligramos diarios en mujeres, y diez en hombres.
Pudiese decirse que la vitamina E posee poderes mágicos que ayudan a la visión, la reproducción, el cerebro y la piel, pero, sobre todo, tiene significativas propiedades antioxidantes (sustancias que protegen a las células contra los efectos radicales libres). Igualmente, cuando se ve impactado negativamente por la ingesta de medicamentos, alimentos refinados y procesados.
De acuerdo con Mayo Clinic, si se toma vitamina E por sus propiedades antioxidantes, se debe tener en cuenta que los suplementos quizá no ofrezcan los mismos beneficios que los antioxidantes que se encuentran de manera natural en los alimentos.
En el ámbito científico, se ha determinado que la vitamina E resulta ser beneficiosa además para mejorar los síntomas de la enfermedad por hígado graso no alcohólico, como también para mitigar la evolución de algunas enfermedades como el Alzheimer, ayudando a los pacientes a mantenerse más lúcidos y activos mentalmente. En cambio, los estudios aún son escasos y no son bastante concluyentes.
Otras ventajas que brinda el consumo de esta vitamina, son:
