Demasiadas opciones, demasiada ansiedad
La antillana

Demasiadas opciones, demasiada ansiedad: la nueva epidemia silenciosa

Por | mayo 29, 2025

Demasiadas opciones, demasiada ansiedad

¿Realmente tener más opciones nos hace más libres o más infelices? En la era de la sobreoferta, hay demasiadas opciones —de productos, decisiones, caminos, dietas, series, carreras, relaciones— la libertad de elegir parece haberse convertido en una carga. Y en el terreno de la salud mental y la productividad, las consecuencias son más profundas de lo que imaginamos.

El dilema de la abundancia: elegir hasta agotarse

Póngase en este escenario: abre su plataforma de streaming favorita y, tras 20 minutos revisando títulos, apaga la televisión sin ver nada. O pasa horas leyendo reseñas para comprar un suplemento vitamínico… solo para seguir dudando días después. Esta experiencia, lejos de ser anecdótica, es parte de un fenómeno psicológico conocido como la paradoja de la elección, término acuñado por el psicólogo Barry Schwartz, quien argumenta que más opciones no siempre conducen a mejores decisiones, sino a más ansiedad, parálisis y menor satisfacción.

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El concepto se resume en una fórmula alarmante: más opciones = más estrés + menos felicidad.

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Cuando la libertad se convierte en carga

En un estudio ya clásico de la Universidad de Columbia, la psicóloga Sheena Iyengar demostró que cuando a los clientes se les ofrecían 24 sabores de mermelada, probaban más, pero compraban menos que cuando se les ofrecían solo 6 sabores. En otras palabras: la sobreabundancia bloquea la acción.

Este mismo patrón se traslada a nuestras decisiones personales y profesionales. En el entorno de la salud —y muy especialmente en los negocios del bienestar—, la oferta de productos, marcas, terapias y métodos crece a diario. Y con ello, crecen también la indecisión, la fatiga cognitiva y el miedo a equivocarse.

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Maximizers vs. Satisficers: ¿qué estilo de decisión te define?

La psicología distingue dos perfiles clave a la hora de tomar decisiones:

  • Maximizers: buscan la opción perfecta. Analizan, comparan, postergan. ¿El resultado? Tienden a experimentar más ansiedad, arrepentimiento y menor satisfacción con sus elecciones, incluso si objetivamente toman buenas decisiones.

  • Satisficers: optan por lo que es suficientemente bueno. Se basan en sus criterios personales, no buscan agotar todas las opciones. Deciden con más rapidez y se sienten más tranquilos emocionalmente tras decidir.

Consecuencias reales para la salud y el rendimiento

Elegir demasiado tiene un precio. Estudios del National Institutes of Health y Harvard Business Review revelan que el exceso de decisiones —especialmente en entornos de alta exigencia como hospitales, clínicas o empresas de salud— puede derivar en lo que se conoce como fatiga decisional. Esta fatiga no solo reduce la eficiencia y el autocontrol, también aumenta la probabilidad de cometer errores o posponer decisiones críticas.

En contextos empresariales, esta fatiga puede llevar a la parálisis estratégica: proyectos estancados, inversiones detenidas o innovaciones nunca lanzadas por miedo a no elegir “la mejor opción”. En clínicas privadas, puede reflejarse en pacientes que no terminan de comprometerse con un tratamiento, abrumados por tantas terapias, dietas o suplementos posibles.

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En el negocio de la salud, menos puede ser más

Para los profesionales y emprendedores del sector salud, la paradoja de la elección es más que una teoría: es un riesgo operativo y emocional. Frente a un ecosistema saturado de ofertas, tecnologías, influencers y “métodos infalibles”, conviene hacerse esta pregunta: ¿estamos ayudando a nuestros clientes a decidir… o a dudar más?

Reducir opciones, clarificar el mensaje y acompañar la toma de decisiones puede marcar la diferencia entre generar confianza o perder al cliente por agotamiento.

Dato local: Un estudio realizado en 2024 por la Escuela de Psicología de INTEC y la Fundación Dominicana de Salud Mental reveló que el 62% de los jóvenes dominicanos entre 18 y 35 años experimentan ansiedad frente a decisiones cotidianas de consumo digital, como elegir un producto de salud o bienestar online.

Claves prácticas para decidir mejor (y vivir mejor)

Desde la psicología clínica y organizacional, estas son algunas estrategias respaldadas por evidencia para enfrentar la trampa de la sobreoferta:

  • Limitar voluntariamente las opciones: crear filtros previos o reglas simples (“solo tres marcas”, “sólo apps locales”) facilita el enfoque.

  • Decidir por valores, no por modas: las decisiones alineadas con principios personales o corporativos tienden a generar más satisfacción y compromiso.

  • Automatizar rutinas: desde la alimentación hasta el horario de trabajo, reducir decisiones repetitivas ahorra energía mental para lo que realmente importa.

  • Aceptar que toda elección implica renunciar: no hay opción sin pérdida. Integrar esa idea ayuda a soltar la perfección como criterio.

  • Fomentar la autocompasión: recordarse que ninguna elección define nuestra valía evita el ciclo de arrepentimiento y rumiación.

Elegir menos, vivir (y emprender) mejor

En un mundo que premia el “más es más”, elegir menos puede ser un acto de autocuidado, claridad y liderazgo. Para quienes trabajan en salud —y para quienes viven inmersos en una cultura de bienestar saturado—, cultivar decisiones más simples, conscientes y alineadas puede ser la clave no solo del éxito profesional, sino del equilibrio emocional.

Reducir opciones no es rendirse: es enfocarse.

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