La larva migratoria, también conocida como erupción reptante, erupción serpiginosa o dermatitis serpiginosa, es una infección causada por las larvas de los parásitos que viven en los intestinos de perros y gatos, como los helmintos Ancylostoma braziliense o Ancylostoma caninum.
Uno de los casos más recientes de esta infección ha sido el de la influencer Lucía Pombo quien después de un viaje a Tanzania, comenzó a experimentar un intenso picor en un dedo del pie. Lo que inicialmente se pensó que era una picadura o una reacción alérgica resultó ser un gusano, específicamente una larva migratoria cutánea.
Este tipo de infección parasitaria es común en países tropicales y puede contraerse al caminar descalzo en suelos contaminados.
Describió cómo el gusano se movía por su pie, comenzando en la punta del dedo y deslizándose hacia abajo hasta la planta del pie.
Los síntomas de la larva migratoria pueden variar, pero generalmente incluyen la presencia de un pequeño punto rojo y elevado en la piel, comezón en la piel que suele empeorar durante la noche, sensación de movimiento por debajo de la piel, líneas rojas y curvadas en la piel, e hinchazón de la piel.
En algunos casos, si el suelo está profundamente contaminado con larvas, pueden ocurrir múltiples pápulas en la piel, indicando múltiples puntos de invasión.
Esta infección cutánea puede complicarse con una reacción pulmonar autolimitada denominada síndrome de Löffler (infiltrados pulmonares en forma de parches y eosinofilia en sangre periférica).
La transmisión de la larva migratoria ocurre cuando hay un contacto de la piel con el suelo contaminado por larvas, habitualmente cuando caminamos descalzos en suelo arenoso. Las heces de animales infectados por helmintos contaminan el suelo, creando un medio ideal para el desarrollo de los huevos, que eclosionan liberando las larvas.
Las playas, especialmente aquellas donde hay heces de perros y gatos en la arena, son lugares propicios para contener las larvas de los helmintos.
La larva migratoria no puede ser extraída del cuerpo humano debido a su ciclo de vida y naturaleza. Según el Dr. Pedro Pinheiro del servicio de Nefrología del Hospital São Bernardo, Setúbal, Portugal, las larvas de la tercera fase evolutiva pueden penetrar en la capa más superficial de la piel humana, pero no pueden cruzar las capas subyacentes.
Además, necesita alcanzar el aparato digestivo de ciertos animales para completar su ciclo vital, por lo que es capaz de atravesar toda su piel. En los humanos, en cambio, no logra ir más allá de la primera capa, la epidermis, bajo la que queda atrapada.
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Incapaces de invadir más profundamente, los gusanos pasan a moverse aleatoriamente por debajo de la piel, formando un pequeño túnel que origina dibujos en la piel.
Por lo tanto, la extracción física de la larva no es posible y el tratamiento generalmente implica la administración de medicamentos antiparasitarios para eliminar los parásitos responsables de la infección. Entre los fármacos más comunes se encuentran:
En algunos casos, se pueden prescribir corticosteroides tópicos para aliviar el picor y la inflamación asociados con las lesiones cutáneas de la larva migrans.
