Hablar del cáncer es hacer referencia a un tema complejo, los científicos consideran que la palabra cáncer es un término extenso, ya que incluye a más de 200 tipos, con características muy particulares, con diferencias notorias y hasta se consideran independientes como enfermedad por lo que ameritan tratamiento específico.
Entre los tipos de cáncer se encuentra el de pulmón, siendo este uno que estadísticamente se ubica en los primeros lugares de causa de muertes
Los datos no son alentadores, por ejemplo, las terapias actuales que tienen una duración a largo plazo, aunado a un diagnóstico retrasado, ocasionan que solo uno de cada 5 pacientes sobreviva más de cinco años. Particularmente, el cáncer de pulmón de tipo no microcítico o de células no pequeñas es el causante del 85 % de los fallecimientos por este padecimiento. Los síntomas incluyen: ronquera, tos persistente, fatiga, dificultad para respirar o sibilancias, dificultad para tragar, pérdida del apetito, dolor o molestia en el pecho, sangre en la mucosidad que aparece al toser, inflamación en las venas de la cara y cuell
Retomando las estadísticas en este tipo de cáncer, de acuerdo con el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), en el 2020 hubo un total de 2.206.771 millones de diagnósticos de cáncer de pulmón en todo el mundo.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Por ello es que un equipo de investigadores del Grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, España) han orientado parte de sus estudios en la posibilidad de conseguir un tratamiento efectivo para el cáncer de pulmón, centrándose en los telómeros, entendiéndose que “estas son las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas y cuyo estado determina la capacidad de la célula para dividirse indefinidamente”, por lo que hemos propuesto una nueva estrategia de acción: bloquear una de las proteínas, denominadas shelterinas, que forman parte de la estructura del telómero e impedir que este ejerza su función”, afirma la Dra. María Blasco, quien lidera el estudio.
Los telómeros son estructuras proteicas localizadas en los extremos de los cromosomas, en cada división celular estos se acortan, hasta que, tras un número determinado de divisiones, el acortamiento resulta excesivo y la célula deja de dividirse. Esto sucede en las células sanas, pero no en la mayoría de las células tumorales. Las células sanas solo pueden dividirse un número limitado de veces durante la vida del organismo, en cambio, las células tumorales son inmortales: proliferan indefinida y descontroladamente, y es esta la característica que define al cáncer.
“Nuestros resultados muestran que el tratamiento dirigido a los telómeros podría ser una estrategia terapéutica eficaz para el tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico”, concluyen los autores de la investigación.
Te recomendamos: La enfermedad de Lyme y la anhelada vacuna
El estudio al que se hace referencia logró bloquear la proteína TRF1, de manera genética y farmacológicamente en un modelo de ratón de cáncer de pulmón agresivo. Esos hallazgos son una evidencia de que la inhibición de la TRF1 es efectiva para la eliminación de células del cáncer y para detener el crecimiento de los tumores, aunado a ello se determinó que su toxicidad no es altea para los tejidos no tumorales, cabe destacar que al bloquear las TRF1, estas afectan a las células madre del cáncer, lo que determinaría que los tumores no reaparecerían con el tiempo.
El déficit de telomerasa y los telómeros disfuncionales frenaron la progresión del tumor. Los investigadores observaron una reducción de la implantación y la vascularización de los tumores en el pulmón, a la vez que un aumento de su vulnerabilidad al daño en el ADN y de muerte celular. También disminuyó la proliferación de las células tumorales y la inflamación, y se reforzó la respuesta antitumoral del sistema de inmunitario, por lo que existen esperanzas en la ciencia de descubrir la cura definitiva del cáncer.