En un mundo marcado por guerras, crisis climáticas y tensiones económicas, mantener la estabilidad emocional parece una tarea titánica. Sin embargo, la psicoterapeuta británica Philippa Perry, conocida por sus exitosos libros sobre salud mental, ofrece una brújula emocional para navegar estos tiempos inciertos.
Philippa Perry, nacida en 1957 en Warrington, Cheshire, no siempre estuvo destinada a ser una figura clave en el mundo de la psicoterapia. Antes de convertirse en autora de renombre internacional, trabajó como secretaria de litigios, empleada de McDonald’s y asistió a la Politécnica de Middlesex, donde estudió Bellas Artes como estudiante adulta. Su camino hacia la psicoterapia comenzó cuando se unió como voluntaria a los Samaritanos en 1985, una experiencia que cambiaría su vida.
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Además de su exitosa carrera en psicoterapia, Philippa Perry ha logrado capturar la atención de miles de lectores con sus libros. En 2010, publicó Couch Fiction: A Graphic Tale of Psychotherapy, una novela gráfica que explora el mundo de la psicoterapia desde la perspectiva tanto del terapeuta como del cliente. Este enfoque innovador permitió a los lectores adentrarse en los procesos mentales y emocionales que ocurren durante una sesión de terapia, todo explicado a través de un formato visual y accesible.
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Perry continuó su labor como autora con How to Stay Sane (2012) y The Book You Wish Your Parents Had Read (and Your Children Will Be Glad That You Did) (2019), libros que ofrecen consejos prácticos sobre cómo mantener la salud mental en un mundo cada vez más agitado. En 2023, publicó The Book You Want Everyone You Love to Read (and Perhaps a Few You Don’t), otro de sus exitosos títulos que abordan los retos emocionales en las relaciones personales.
En su reciente publicación, «Cómo mantener la cordura en un mundo loco», Perry aborda un tema universal: la incertidumbre. Para ella, la clave no está en eliminar el miedo al futuro, sino en aprender a coexistir con él. «Debemos discernir qué está fuera de nuestro control y centrarnos en lo que sí podemos cambiar», afirma Perry.
La psicoterapeuta destaca que, a menudo, las personas caen en patrones de pensamiento destructivos frente a lo desconocido. Estos patrones, según ella, son como autopistas mentales: fáciles de recorrer, pero difíciles de abandonar. «Cambiar una forma de pensar implica crear un nuevo sendero, y eso requiere práctica y disciplina», explica.
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Perry sugiere adoptar una posición de observador ante nuestras emociones. En lugar de decir «estoy triste», recomienda decir «me siento triste», creando así una distancia emocional que facilita la reflexión. Además, aboga por la pausa como herramienta esencial en momentos de estrés: detenerse antes de reaccionar puede transformar una situación conflictiva en una oportunidad de aprendizaje.
Otro aspecto central de su filosofía es la autocompasión. Perry enfatiza la importancia de moderar la voz crítica interna y convertirla en un aliado constructivo. «No podemos eliminar esa voz, pero sí enseñarle a ser útil», asegura.
Perry aclara que no existe un momento perfecto para acudir a terapia, pero sí una señal clara: cuando un patrón de comportamiento recurrente genera sufrimiento. «Es como un grito de auxilio interno que no podemos ignorar», dice.
Philippa Perry no promete soluciones rápidas ni respuestas fáciles. Su mensaje es claro: soportar la incertidumbre no significa resignarse, sino aceptar que el control total es una ilusión. Al final, como ella misma sugiere, cada uno debe aprender a «cultivar su propio jardín», centrándose en las pequeñas acciones diarias que sí están a su alcance.
En un mundo donde las crisis parecen interminables, las enseñanzas de Perry son un recordatorio de que la paz mental no se encuentra en el exterior, sino en la forma en que elegimos enfrentar lo incierto.
«El futuro siempre será incierto, pero nuestra respuesta a él puede ser consciente, compasiva y resiliente», concluye Philippa Perry.
Una de las características que ha destacado a Philippa Perry es su enfoque integrador de la psicoterapia. Ella no se limita a un solo método o corriente terapéutica; en cambio, busca combinar diferentes enfoques para adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente. Esta flexibilidad le ha permitido ofrecer un servicio terapéutico accesible y útil para una variedad de personas con diferentes experiencias de vida.
Perry también ha sido una defensora de la salud mental como un componente fundamental del bienestar general. En sus libros y presentaciones, ha enfatizado la importancia de la autoaceptación, el autocuidado y la comunicación emocional en las relaciones personales. En un mundo en el que la salud mental sigue siendo un tema estigmatizado, Perry ha ayudado a desmitificar la psicoterapia y ha facilitado el acceso a herramientas para gestionar el estrés y la ansiedad.
