El azúcar es un tipo de carbohidrato, como la fibra y el almidón. Pero mientras que los carbohidratos complejos son macronutrientes, es decir sustancias que proporcionan energía para el buen funcionamiento del cuerpo, el azúcar, como carbohidrato simple, no cae bajo este renglón.
El término azúcar en su totalidad sirve para contener los distintos tipos de carbohidratos simples. Entre ellos, la sacarosa, también denominada azúcar de mesa, es el endulzante más común y popular en la cocina, aunque existen muchos más, como son la glucosa (encontrada en los granos), fructosa (encontrada en las frutas) o lactosa (encontrada en los lácteos), entre otros.
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Contrario a lo comúnmente pensado, el azúcar no es necesariamente nocivo para el cuerpo. De hecho, para funcionar requerimos carbohidratos y azúcar. Con este fin, nuestro organismo procesa los carbohidratos consumidos para convertirlos en glucosa, que es luego usada para convertirlos en energía.
Sin embargo, existe una notable diferencia entre el azúcar natural y el añadido. La mayor fuente de dolencias de salud vinculados a este tiene su raíz en la versión añadida. De su uso no se obtienen ventajas nutritivas y, además, es fuente de posibles problemas como, por ejemplo:
En contraste, alimentos con azúcares naturales contienen beneficios nutricionales, como fibras, vitaminas y antioxidantes. Es el caso de las frutas.
La Organización Mundial de la Salud define los edulcorantes como sustancias naturales o artificiales que aportan un sabor dulce a un producto o alimento.
Cuando un producto dice que es «sin azúcar» o «dietético», como comúnmente se ve en el caso de refrescos o productos horneados, lo que indica es el uso de un edulcorante no nutritivo, es decir, sin valor calórico. Casi siempre estos caen bajo la rama de edulcorante artificial, sustitutos sintéticos del azúcar de mesa, que pueden ser derivados de fuentes naturales. En adición al aporte casi nulo de calorías, cuentan con un sabor dulce mucho más intenso.
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Muchas personas deciden cambiar la sacarosa por estos sustitutos, dado que no causan caries, pueden ayudar a bajar de peso por la reducción en calorías consumidas y también permiten a los diabéticos endulzar el sabor de su comida sin correr riesgos de salud. No obstante, John Hopkins Medicine comparte que no tienen beneficios nutritivos, como vitaminas, fibra, minerales o antioxidantes esenciales para nuestro funcionamiento. De hecho, detalla que una dieta sin azúcares nutritivos o carbohidratos puede causar un grupo de síntomas conocidos como «resfriado keto», que incluye dolores de cabeza, fatiga y niebla mental.
Los edulcorantes naturales, aunque se promocionan como más saludables que el azúcar, no siempre lo son. Bajo esta categoría encontramos la miel, la melaza, el jarabe de arce, entre otras fuentes calóricas para endulzar las comidas que puedan incluir más calorías que la azúcar regular, y en exceso pueden llevar a problemas de salud por sobrepeso.
Mayo Clinic expresa que, aunque los edulcorantes artificiales ayudan a reducir la ingesta calórica, no son la solución al problema de la obesidad. Por su intenso sabor dulce, este añadido artificial puede causar cambios en el gusto, aumentando la preferencia por los sabores dulces. Consumir comida chatarra sin azúcar no la hace beneficiosa para la salud, solamente reduce uno de sus muchos efectos dañinos. Los endulzante, usados en moderación, pueden ayudar en especial a las personas diabéticas, siempre con aprobación de su doctor.
Desde su descubrimiento en 1879, el edulcorante artificial ha protagonizado numerosos debates sobre sus efectos en la salud. Para cada uno de ellos se deben realizar investigaciones acerca de sus valores nutritivos y las recomendaciones de uso para asegurar su buena aplicación a la dieta. Como consejos generales, se pueden señalar los siguientes:
Mariam Briceño. Reportaje publicado en la revista especializada en salud MediHealth.
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