La palabra cáncer hoy en día representa algo muy diferente a lo que era décadas atrás. Los doctores más que nunca saben qué causa esta enfermedad y cuándo es el mejor momento para diagnosticarla, además de cuáles tipos son más proclives a expandirse de forma agresiva y cuáles pueden apenas ser monitoreados y vigilar su evolución.
El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres y existen dos formas de detectarlo: a través del diagnóstico temprano o conciencia de señales y síntomas, y pruebas de detección, que consisten en la aplicación sistemática de una prueba de detección en una población presuntamente asintomática. Su objetivo es identificar individuos con una anormalidad sugestiva de cáncer.
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Una enfermedad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo cada año. La ciencia ha demostrado que la clave radica en la prevención y en la detección temprana, dos aspectos determinantes en la batalla contra esta patología
Una enfermedad tan compleja como el cáncer está determinada por una multiplicidad de factores, tanto genéticos como de estilo de vida. Todo viene dado por el ADN al igual que por los cambios que experimentan los genes fruto de hábitos como fumar, cuánto ejercicio se hace, los niveles de radiación a los que una persona se expone, cómo esta se alimenta e incluso qué tanto duerme. No obstante, algunos factores pueden ser más determinantes que otros.
El American Institute for Cancer Research (AICR) estima que la evitación de todo consumo de alcohol, la práctica de ejercicio y el mantenimiento de un peso saludable podrían prevenir hasta una tercera parte de todos los casos de cáncer de mama que se diagnostican cada año en Estados Unidos. Pero, ¿qué pasa con los dos tercios restantes? Se asocian a factores de riesgo sobre los que no se puede hacer nada: la edad, la menarquia –o primera menstruación– temprana o un historial familiar de cáncer de mama.
La realización de autoexámenes de mamas mensuales resulta vital para que las mujeres puedan detectar con más facilidad si se producen cambios en las mamas de un mes a otro. Sin embargo, cabe destacar que, en la mayoría de los casos, el cáncer de mama no puede detectarse mediante la observación y el tacto diarios cuando se encuentra en su etapa temprana.
Practicar la autoexploración mamaria empiedra a las mujeres para mantener el control de su salud
No obstante, la autoexploración mamaria empodera a las mujeres, llevándolas a asumir la responsabilidad de su propia salud. Existe mucha evidencia de que las mujeres pueden controlar ciertos riesgos, manteniendo un estilo de vida saludable y evitando el consumo del tabaco y el alcohol.
Durante décadas, el mantra alrededor del cáncer ha sido que la detección temprana y el tratamiento a tiempo son capaces de salvar vidas. El diagnóstico precoz tiene como objetivo reducir la proporción de pacientes que son diagnosticados en etapa tardía. Esto ha traído al tapete una serie de recomendaciones para todas las mujeres de someterse a mamografías una vez llegan a los 40 años, incluso más temprano si existen antecedentes familiares.
Aunque los cribados frecuentes no garantizan una detección temprana del cáncer, son recomendados a mujeres que no desean realizarse una cirugía preventiva. Se recomienda una imagen de resonancia magnética (MRI) anual a la edad de 25 años o una mamografía si algún miembro de la familia ha sido diagnosticado con menos de 30 años. Entre los 30 y 75 años se recomienda la mamografía anual y la MRI. Para mujeres con más de 75 años, el cribado debe ser considerado según el criterio médico.
El principal riesgo de las mamografías es que no son perfectas. El tejido mamario normal puede ocultar un cáncer de mama y este no observarse en la mamografía. Esto se denomina falso negativo. Por otra parte, la mamografía puede identificar una anomalía que parece un cáncer pero resulta ser normal.
Esta “falsa alarma” se denomina falso positivo. Además de la preocupación por recibir un diagnóstico de cáncer de mama, un falso positivo implica más análisisque pueden resultar estresantes para las mujeres. Para compensar estas limitaciones, a menudo se necesita más de una mamografía.
(mhs)
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