Los datos recientes de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) indican que el 15,6% de los españoles fuma, con un 9,1% de fumadores diarios y un 6,5% de fumadores ocasionales. Sin embargo, las cifras actuales no solo reflejan el consumo de tabaco tradicional, sino también de dispositivos como vapeadores o el cigarro electrónico. Aunque inicialmente se promovieron como una alternativa más segura al tabaco convencional, estudios recientes sugieren que estos dispositivos pueden ser igualmente perjudiciales, particularmente para la salud bucodental.
El uso regular de cigarrillos electrónicos ha demostrado alterar la flora bacteriana de la boca, favoreciendo el desarrollo de periodontitis, una infección grave de las encías que afecta tanto al tejido blando como al hueso que rodea los dientes. Los compuestos químicos presentes en los cigarrillos electrónicos modifican el microbioma oral, alterando el equilibrio bacteriano y fomentando la proliferación de patógenos. Además, los estudios sugieren un posible aumento del riesgo de cáncer oral asociado con el uso prolongado de estos dispositivos.
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El atractivo de los vapeadores radica en su presentación como una opción menos dañina y no adictiva para dejar de fumar. La doctora Clara María Esteban Escobar, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, señala que «la industria del vapeo ha promovido estos dispositivos como una forma saludable de abandonar el tabaco, minimizando los riesgos asociados con su uso». Sin embargo, esta percepción de seguridad es engañosa. Los vapeadores contienen nicotina y otras sustancias perjudiciales que mantienen la adicción y dañan la salud, incluyendo la bucodental.
El vapor inhalado a través de los vapeadores contiene no solo agua, sino también una variedad de sustancias tóxicas, como metales pesados y compuestos químicos, que afectan negativamente la salud bucal. «Estas sustancias irritan los tejidos de la boca, pueden provocar sangrado y, en casos más severos, caries», explica la doctora Esteban Escobar. Además, la exposición continua a estos aerosoles puede causar inflamación de las encías, sensibilidad dental y, en última instancia, enfermedades periodontales más graves.
La popularidad del vapeo entre los jóvenes es especialmente preocupante. Según un informe de la OMS de 2023, el uso de vapeadores ha superado al de los cigarrillos convencionales en esta población. Aunque los efectos tóxicos pueden ser lentos y silenciosos, los jóvenes son los más vulnerables a los riesgos a largo plazo asociados con esta tendencia.
El vapeo, lejos de ser una alternativa segura al tabaco, presenta serios riesgos para la salud bucodental, especialmente en los jóvenes. La falsa sensación de seguridad que rodea a estos dispositivos podría llevar a un aumento de problemas dentales y enfermedades periodontales en el futuro. Es crucial seguir investigando y educando sobre los verdaderos efectos del vapeo en la salud general y bucodental para proteger a las futuras generaciones.
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