¿El ayuno intermitente aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares? Un nuevo estudio arroja luz

Por | abril 24, 2024

Con más de 1.900 millones de adultos en el mundo luchando contra el sobrepeso y 650 millones de ellos enfrentando la obesidad, la necesidad de estrategias efectivas para abordar estas preocupaciones de salud es más urgente que nunca.

En este contexto, el ayuno intermitente ha capturado la atención tanto de la comunidad científica como del público en general, ofreciendo una perspectiva intrigante y prometedora para el control del peso y el manejo de condiciones metabólicas. No obstante, estudios recientes han planteado preocupaciones sobre posibles riesgos asociados, como un aumento en el riesgo de muerte cardiovascular.

En pocas palabras, la restricción intermitente de alimentos implica alternar períodos de no ingesta con períodos de alimentación. Es algo que hacemos naturalmente, como cuando dormimos por la noche y luego desayunamos al despertar.

Sin embargo, esta práctica lleva este concepto un paso más allá al extender el tiempo sin comida, como en el popular método 16:8, donde se restringe la alimentación durante 16 horas y se come durante las siguientes 8 horas del día.

Este enfoque flexible permite una mayor libertad en la elección de alimentos durante el período de alimentación, pero es importante mantener una alimentación saludable y equilibrada para obtener los mejores resultados.

Un nuevo estudio analiza el riesgo

La investigación preliminar, presentada en las sesiones científicas de la Asociación Americana del Corazón en Chicago, examinó datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de los CDC entre 2003 y 2018. Este estudio involucró a 20.000 adultos y buscó evaluar el impacto del ayuno intermitente en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la mortalidad.

Los resultados son sorprendentes: aquellos que practican un horario de alimentación restringido de menos de 8 horas al día tienen un 91 % más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos que comen en un período de 12 a 16 horas. Además, se observa un mayor riesgo de muerte cardiovascular en personas que ya padecen enfermedades cardíacas o cáncer.

Es crucial que los pacientes, particularmente aquellos con condiciones preexistentes del corazón o cáncer, estén conscientes de la asociación entre una ventana de alimentación de 8 horas y un incremento en el riesgo de muerte cardiovascular. Los hallazgos de nuestro estudio alientan un enfoque más cauteloso y personalizado hacia las recomendaciones dietéticas, asegurando que estén alineadas con el estado de salud del individuo y las evidencias científicas más recientes», dijo Víctor Wenze Zhong, autor principal del estudio y jefe de epidemiología de la Escuela de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China.

Aunque el estudio identifica una asociación entre una ventana de alimentación de 8 horas y la muerte cardiovascular, esto no significa que la alimentación con restricción de tiempo causó la muerte cardiovascular», continuó Zhong.

Los hallazgos del estudio preliminar plantean preguntas importantes sobre la seguridad y eficacia del ayuno intermitente a largo plazo. Si bien esta práctica puede ofrecer beneficios a corto plazo, como la pérdida de peso y mejoras en el perfil metabólico, parece haber implicaciones negativas para la salud cardiovascular.

En general, este estudio sugiere que la restricción horaria puede tener beneficios a corto plazo pero efectos adversos a largo plazo», concluye Christopher D. Gardner, profesor de Medicina en la Universidad de Stanford (California).

El estudio preliminar sobre el ayuno intermitente y las enfermedades cardiovasculares ofrece una perspectiva importante en un tema de creciente interés y debate. Si bien es necesario realizar más investigaciones para confirmar estos hallazgos, es evidente que este enfoque de la alimentación no es una solución universal y que su implementación debe hacerse con cuidado y consideración de los riesgos potenciales para la salud cardiovascular.

En última instancia, este estudio nos recuerda la importancia de la prudencia y la investigación rigurosa al explorar nuevas tendencias en la salud y la nutrición. Solo a través de un análisis exhaustivo y una comprensión completa de los datos podemos tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar.

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