Sofía Tarrazo: «Decidí poner todo mi esfuerzo en algo que me apasionara; el café»

Por Gabriel Rico Albarrán | junio 9, 2023

Sofía Tarrazo unió recuerdos de infancia, pasión, vocación social y esfuerzo en un emprendimiento muy especial. Su proyecto, Poesía Colada, va mucho más allá de una marca de café.

«Me gradué como ingeniera industrial y trabajé un tiempo de mercadeo», relata en este Mercado Interview correspondiente a la serie Visión Emprendedora. «Llegó un momento en mi vida que decidí que todo mi esfuerzo debía ponerlo en algo que me apasionara. Y, literalmente, cerraba los ojos y lo único que pensaba que podía hacer mi día entero con pasión era café«.

Pese a no venir de una familia con tradición cafetalera, la bebida estuvo muy presente en su infancia. «El café era un momento muy especial, sobre todo con mi abuela. Lo amaba».

La decisión dio paso a un plan que incluyó un máster en Emprendimiento, un estudio a fondo sobre café en Francia y una experiencia como barista en Italia. Fue allí donde conoció el tostado y su idea inicial de abrir un coffee shop cambió.

«El tostado viene siendo como el chef del café; es quien le da su toque especial a cada uno, su insignia», describe. «Mezcla una parte importante de ingeniería industrial, que es la parte de procesos, de trabajo, y mi pasión por el café. Ahí hice un pequeño giro al negocio».

Fundación Poesía de Dar

El resultado de ese proceso es Poesía Colada. Cada bolsa, además de un delicioso café de especialidad con ADN dominicano, contiene semillas de proyectos sociales y una apuesta por generar cultura de café. «Buscamos cambiar la rutina por una experiencia«, afirma.

«La idea es que la gente se siente, huela cada café, descubra a qué sabe el suelo de Barahona, a qué sabe el suelo de Jarabacoa…». Además, «nuestro objetivo es impactar positivamente en todas las personas alrededor. En los cosechadores, a través de nuestra fundación Poesía de Dar, con la que todos los años hacemos actividades para ellos. También en los productores, porque compramos un café que se queda en el mercado local pero lo hacemos a precio internacional; es una forma de garantizar la calidad e incentivar a que la gente vuelva al mundo del café».

Y, también, cómo no, en los consumidores, «porque ofrecemos poesía en cada taza«.

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