En la encrucijada entre la estética y la salud, cada vez más mujeres toman decisiones fundamentales sobre sus cuerpos. Uno de los debates más recientes gira en torno a la explantación mamaria.
La extracción definitiva de prótesis mamarias se conoce como explantación mamaria. Las prótesis se pueden retirar mediante cirugía de mamas sin necesidad de cambiarlas y con un resultado estético satisfactorio.
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La decisión de optar por el retiro de implantes mamarios va mucho más allá de consideraciones estéticas; implica un viaje emocional y psicológico profundo para muchas mujeres. Requiere coraje y una gran fortaleza para priorizar el bienestar personal sobre las normas de belleza impuestas por la sociedad. Aquellas que eligen están dando un paso valiente hacia una vida en la que se sienten más auténticas y en armonía con sus cuerpos.
Según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (SAPS), desde 2017 la operación que ha experimentado el mayor aumento a nivel mundial es la remoción de implantes de silicona, con un incremento del 62.21 %. Entre 2017 y 2021, el número de estas cirugías se duplicó, y se proyecta que esta tendencia continúe en aumento. Estas cifras reflejan una preocupación creciente por los posibles riesgos para la salud asociados con los implantes mamarios.
Es crucial comprender que, en la actualidad, los implantes de silicona son considerados seguros. Hasta el momento, la FDA no ha prohibido la colocación de prótesis mamarias. Sin embargo, es importante destacar que se recomienda cambiar los implantes cada diez años por razones de seguridad y prevención, ya que podrían desarrollar filtraciones a medida que el material se desgasta.
Existen diferentes factores que están impulsando un cambio significativo. Por un lado, hay una mayor conciencia sobre los riesgos para la salud asociados con los implantes mamarios, como la ruptura del implante y la contractura capsular. Además, los estándares de belleza están cambiando, con una mayor valoración de la salud y el bienestar personal sobre los criterios estéticos impuestos por la sociedad. Los avances en tecnología y técnicas quirúrgicas también están haciendo que la explantación sea más accesible y segura que nunca. Finalmente, el acceso a información a través de Internet y las redes sociales está capacitando a las mujeres para tomar decisiones más informadas sobre su salud y bienestar.
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Las motivaciones detrás de la extracción definitiva de las prótesis mamarias son diversas y personales. En primer lugar, algunas mujeres optan por retirar los implantes porque ya no desean tener prótesis en su cuerpo. Otras deciden cuando el resultado estético de los senos no es satisfactorio a pesar de tener los implantes.
También, algunas pacientes presentan síntomas que sugieren la posibilidad de padecer el Síndrome de ASIA (Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes), una reacción poco común atribuida a la presencia de sustancias extrañas en el organismo. Estos síntomas pueden incluir insomnio, depresión, ansiedad, fatiga crónica, entre otros, aunque su variedad puede dificultar su identificación. Las mujeres que afirman sufrir esta condición reportan una mejoría significativa o la desaparición de los síntomas después de retirar definitivamente las prótesis.
La explantación mamaria es un proceso complejo y personal, va más allá de ser simplemente una intervención quirúrgica; representa un acto de autodeterminación y autoafirmación. Es un recordatorio poderoso del derecho de cada mujer a tomar decisiones sobre su propio cuerpo, priorizando la salud y el bienestar por encima de las normas estéticas impuestas por la sociedad. En un mundo saturado de estándares irreales de belleza, la verdadera belleza reside en la capacidad de elegir lo que es mejor para uno mismo, ya sea en términos de estilo o bienestar.
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