La posibilidad de congelar óvulos ha ido ganando terreno como una opción para asegurar el futuro reproductivo de las mujeres, especialmente aquellas que desean postergar la maternidad por diversas razones personales, profesionales o médicas.
Si bien cada mujer es única y la fertilidad puede variar, existen algunas pautas generales respaldadas por la observación médica que vale la pena considerar al pensar en la congelación de óvulos.
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Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ventana óptima para minimizar los riesgos relacionados con el embarazo y el postparto se sitúa entre los 25 y los 30 años. Esta información subraya la importancia de considerar la congelación de óvulos antes de que la calidad y la cantidad disminuya considerablemente.
La congelación o vitrificación de óvulos se presenta como una alternativa valiosa en varios escenarios, como la preservación de la fertilidad antes de someterse a tratamientos médicos como la quimioterapia, hasta la decisión de retrasar la maternidad por elección personal o profesional. Además, en casos de fertilización in vitro, puede ser útil para conservar embriones de buena calidad que no se utilizan inmediatamente.
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Las mujeres nacen con una reserva finita de óvulos, que disminuye con el tiempo y se acelera especialmente alrededor de los 35 años. A partir de los 45 años, las posibilidades de concepción disminuyen considerablemente, lo que hace que la congelación de óvulos sea una opción para considerar antes de que la fertilidad comience a declinar significativamente.
¨Aunque es evidente que la conservación de la fertilidad ha ganado popularidad, las mujeres que llegan a nuestro centro con este propósito están en su mayoría próximas a los 40 años en lugar de a los 30, y este es un aspecto que necesita modificarse”, comenta el doctor Dolz, líder médico en FIV Valencia.
“Es crucial que las mujeres programen su preservación antes de cumplir los 35 años, momento en el cual la fertilidad empieza a disminuir, y no cuando el reloj biológico les advierte que se está agotando su ventana fértil”, afirma el especialista.
En cuanto al proceso en sí, la vitrificación de óvulos implica varias etapas, desde la valoración inicial de la reserva ovárica hasta la extracción de los óvulos y su posterior congelación. Es importante tener en cuenta que el proceso puede variar según cada paciente, pero en general, se busca obtener un número suficiente de óvulos de buena calidad para aumentar las posibilidades de éxito en futuros tratamientos de reproducción asistida.
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