El mundo de los negocios está creando una serie de incentivos para la mujer que pasan del apoyo al aborto, al apoyo en los costos de la congelación de óvulos a cambio de no perder su talento, como sucedió con Facebook y Apple. Lo que para ellos era un guiño de inocencia para continuar su carrera profesional «sin renunciar a tener una familia», en realidad firmaba el retraso de la maternidad, la entrega de los derechos individuales y el nacimiento del término «infertilidad social».
Antes de proseguir con la narrativa de una realidad desfavorable para las mujeres, es menester definir ¿qué es la infertilidad social? Este término se refiere a la incapacidad de una persona para tener un hijo a causa de sus circunstancias sociales.
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Las razones pueden ser no tener pareja, no tener una red de apoyo para cuidar al bebé o tener una situación económica y laboral que le impide ofrecer a esa pequeña personita los mínimos estándares de seguridad y acompañamiento.
Esta infertilidad social responde a una maternidad responsable. Aplasta a la mujer que desea formar familia bajo condiciones favorables.
La profesora de Derecho Civil de la Universidad de Cantabria (UC) Silvia Tamayo, ha apuntado en su monográfico «Las mujeres ante el envejecimiento: nuevos roles, nuevos retos». Así, ante la discriminación que sufren las mujeres y que se hace evidente en «edades más avanzadas», hace un llamado a tomar «medidas más eficaces» en tiempos que hay un incremento considerable de personas constituyendo familia en edades tardías.
Para la experta en Derecho, la solución pasa por la corresponsabilidad en la crianza de los hijos y por políticas sociales de apoyo familiar concretas, porque «por mucho que la ley proclame la igualdad de trato, es una realidad que la mujer sufre discriminación de sexo en sus distintas etapas vitales».
En tal sentido, y en la misma línea de las garantías a partir de políticas sociales, cabe preguntar ¿está República Dominicana incentivando con su política y cultura la polarización de los embarazos en mujeres? Por un lado las altas cifras de jóvenes embarazadas, y por el otro un sinnúmero de mujeres siendo atacadas por la «infertilidad social».
Lo cierto es que mientras más preparación académica tienen las mujeres, menos propensas son a tener familia en edades tempranas; y a su vez no lo logran concretar en una edad reproductiva prudente, por las condiciones de vida que su entorno ofrece.
La ginecóloga de Margalida Torres de Ibilab habla de las características demográficas de aquellas pacientes que optan por la congelación de óvulos, para retrasar la maternidad. «Entre las mujeres que recurren a esta práctica hay dos causas: las que deben someterse a tratamiento agresivos para el cáncer y las que consideran que no es buen momento para ser madres. Este segundo motivo está presente en el 90% de las pacientes».
El verdadero perfil de pacientes es el de profesionales liberales y ejecutivas solteras,»es incongruente que las mujeres tengamos que demostrar continuamente lo que valemos como profesionales y que después tengamos que renunciar si queremos tener hijos», plantea la médico.
Por: KR.
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