¿Cómo ha sido la niñez de las mejores líderes? Si alguna vez te has hecho esta pregunta, Paula Cercas, psicóloga clínica infantil, nos ayuda a analizar el liderazgo en retrospectiva. En este Mercado Women Interview, derribaremos todos los tabú que hay entorno al nacimiento de una líder y cómo podemos transitar las emociones en los negocios, de una forma mucho más asertiva.
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Para hablar de la crianza de las niñas hay que pensar primero en las adultas. Entonces, ¿qué pasa? Nosotras las madres y las mujeres, hoy día, tenemos el reto de lograr el balance en el multirol.
Nosotras ejercemos muchos roles y casi todos están constantes y coinciden. Entonces, cuando vamos a la parte de la crianza de las niñas, lo primero es poder estar en balance, porque para darle herramientas a las niñas hay que enseñarlas a gestionar y a autocontener emociones.
Cuando una niña hace una rabieta, y se enoja si la madre está poco balanceada o no está en su centro, porque está cargada, tiene muchas ocupaciones y está bajo presión, (que es como comúnmente estamos las madres en este siglo XXI), es más difícil moldearlas y ayudarlas a que aprendan a contener, gestionar y verbalizar emociones.
Eso es un momento de desborde emocional. Ahora, cuando la niña quiere compartir, requiere de madres que estén disponibles, que no tengan tanta prisa y que puedan detenerse a escucharlas, mirarlas y validarles sus emociones, enseñándolas a usarlas y expresarlas de manera adecuada.
La autoestima tiene que ver con la automirada. Pero, para que se desarrolle esa automirada, tiene que haber alguien que me mirara primero. Entonces, ¿cómo me miraron cuando yo era niña? ¿Me dijeron si yo era capaz, si yo podía, si yo no podía…? Hay muchas mujeres que no le dijeron que podían. Sin embargo, también trajeron habilidades específicas. Entonces, hay una vivencia de lo que me dicen y de lo que me cuentan, ‘que yo soy’ y de lo que yo compruebo ‘que yo soy’, a medida que voy creciendo cuando logro cosas.
La salud mental se va a sostener sobre las bases del bienestar, el balance y la capacidad de ajuste. Entonces, ¿qué pasa con eso? Las empresas pueden comenzar haciendo actividades donde sus empleados practiquen, por ejemplo, yoga, mindfulness o relajarse un rato.
En este sentido, si hablamos de la salud mental como un constructo que se sostiene sobre el bienestar, y sobre el buen relacionamiento, las empresas deberán invertir en la forma en que sus personas se relacionan, creando espacios donde puedan comunicarse. Deben ser espacios donde puedan comunicar lo que les gusta, lo que no les gusta y tengan la confianza para hacerlo.
Pero no el permiso que da el empleador, sino la validación, porque hay una diferencia entre tener como empleado el derecho de solicitar un permiso a que el jefe o el superior valide eso.
Por ejemplo: si una mujer tiene un superior que valida su necesidad de acompañar a su hijo al pediatra, cuando ella vuelva de ese espacio que tomó para hacer otro rol que, para ella es importante, y ella se sintió validada y acogida por ese superior, es más probable que esa mujer de el 110 % a esa empresa.
Lo más importante para cuidar la salud mental en las empresas es validar las capacidades y las necesidades de la gente que están ahí y el trato amable considerado.
Por: Karime Rivas.