La digitalización financiera ha transformado de manera significativa la economía de República Dominicana en los últimos años. El creciente uso de tarjetas de débito, crédito y otros métodos de pago electrónico refleja un cambio en los hábitos de consumo de los dominicanos y en la manera en que las empresas gestionan sus transacciones.
Desde el impresionante aumento en el uso de terminales POS hasta el crecimiento explosivo de las transferencias digitales, el país está siguiendo una senda clara hacia la modernización financiera.
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La preferencia por pagos electrónicos se ha acelerado en la última década. Según Visa Consulting & Analytics, el uso de tarjetas Visa durante el pasado Black Friday aumentó un 15 % respecto al año 2023. Esta estadística muestra una tendencia que se extiende más allá de las temporadas comerciales específicas.
De acuerdo con datos del Banco Central de la República Dominicana, el monto total de transacciones con tarjetas en 2023 alcanzó RD$11,727.7 millones, lo que representa un crecimiento del 23.6 % respecto a 2022. Este aumento de RD$2,238.8 millones en un solo año subraya la rapidez con la que los pagos digitales se están posicionando como la opción preferida de los dominicanos.
Además, a junio de 2024, circulan en el país aproximadamente 7.2 millones de tarjetas de débito y 3.8 millones de tarjetas de crédito, una cifra significativa considerando la población dominicana. Esta amplia adopción de métodos de pago electrónicos está respaldada también por el crecimiento del internet banking, que registró un aumento del 83.6 % entre 2019 y 2024, pasando de 4.3 millones a 7.9 millones de usuarios.
Un aspecto clave de esta transformación digital es el auge de las transferencias de pagos al instante a través de plataformas digitales. Entre junio de 2019 y junio de 2024, las transacciones en pesos aumentaron un 853.1%, mientras que en dólares crecieron un 490.4%.
Este crecimiento exponencial responde a la necesidad de rapidez, comodidad y seguridad que ofrecen las transacciones digitales en comparación con los métodos tradicionales como el efectivo o los cheques. La posibilidad de enviar y recibir dinero al instante no solo ha facilitado las operaciones cotidianas, sino que también ha impulsado la formalización de transacciones en sectores donde el efectivo predominaba.
El declive en el uso de cheques es otro indicador del avance de los pagos digitales en el país. Según la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA), el número de cheques pagados cayó de 35.8 millones en 2014 a 17.9 millones en 2023, lo que representa una reducción de más del 50%.
En términos del Producto Interno Bruto (PIB), el valor de los cheques pagados también ha disminuido de manera dramática. En 2014, los cheques representaban el 95.2% del PIB, mientras que en 2023 esta cifra se redujo al 32.6%. Este cambio refleja no solo la mayor adopción de medios digitales, sino también una evolución en la mentalidad de los consumidores y las empresas, que ahora prefieren transacciones más rápidas y eficientes.
El incremento de los terminales de punto de venta (POS) en el país también ha jugado un papel fundamental en el auge de los pagos electrónicos. Según el Banco Central, al cierre de junio de 2024 existían 185,705 terminales POS, lo que representa un crecimiento del 141.2% respecto a junio de 2019.
El número de terminales por cada millón de habitantes aumentó de 7,700 en 2019 a 16,882 en 2024. Este crecimiento ha sido impulsado por la participación activa de empresas proveedoras como CARDNET, Portal y Azul, que han facilitado la adopción de tecnologías de pago electrónico en comercios de todos los tamaños.
Un dato interesante es que la cantidad de terminales POS instalados ya supera el número de comercios formalmente registrados en el país, que ascienden a 214,987 según la Oficina Nacional de Estadística (ONE). Esto sugiere que no solo los negocios formales, sino también los informales, están migrando hacia los pagos digitales como una forma de adaptarse a las preferencias de los consumidores modernos.
El camino hacia una economía sin efectivo no es exclusivo de la República Dominicana. Países como Suecia, Dinamarca, Noruega, Corea del Sur y China han logrado reducir drásticamente el uso de efectivo. En Suecia, apenas el 1% de las transacciones se realizan con dinero en efectivo, mientras que en Dinamarca y Noruega más del 90% de las transacciones son electrónicas.
En China, plataformas como Alipay y WeChat Pay han revolucionado la manera en que las personas realizan pagos, permitiendo incluso que pequeños comercios ofrezcan opciones digitales. Corea del Sur, por su parte, ha adoptado aplicaciones de pago móvil como Vipps, integrándolas completamente en su vida cotidiana.
Estas experiencias demuestran que el uso masivo de pagos electrónicos no solo aumenta la eficiencia económica, sino que también fomenta la transparencia y la inclusión financiera.
La República Dominicana está dando pasos firmes hacia una economía digitalizada. El crecimiento en el uso de tarjetas, el aumento de transferencias instantáneas y la expansión de los terminales POS son síntomas claros de una revolución en curso. Aunque el efectivo aún desempeña un papel importante, la tendencia hacia la digitalización de pagos es irreversible.
La clave para un futuro sin efectivo radica en el fortalecimiento de la infraestructura tecnológica, la educación financiera y el acceso inclusivo a métodos de pago electrónicos. Si estas condiciones continúan desarrollándose, la República Dominicana podría posicionarse como un líder en digitalización de pagos en la región latinoamericana, siguiendo el ejemplo de las economías más avanzadas del mundo.
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