OpenAI, la compañía detrás de ChatGPT, ha dado un paso audaz hacia la integración de la inteligencia artificial en dispositivos físicos con la compra de io, una startup cofundada por Jony Ive, el icónico exjefe de diseño de Apple. La transacción, valorada en 6,500 millones de dólares, marca la mayor adquisición en la historia de OpenAI y podría alterar el panorama tecnológico en los próximos años.
El movimiento no solo consolida la incursión de OpenAI en el mercado del hardware, sino que también envía un mensaje claro a la industria: la próxima frontera de la tecnología no estará limitada al software.
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Con Ive en su equipo, OpenAI busca fusionar el diseño revolucionario con modelos de IA avanzados, creando productos que podrían desafiar la hegemonía de los smartphones y establecer un nuevo estándar en la interacción humano-máquina.
La noticia de la adquisición ha tenido repercusiones inmediatas. Las acciones de Apple cayeron un 1,8 % en el mercado bursátil, reflejando la preocupación de los inversores ante la posibilidad de que OpenAI, en alianza con Ive, se convierta en un competidor directo.
Ive, quien durante décadas moldeó productos emblemáticos como el iPhone, iPad y Apple Watch, abandonó la compañía en 2019 para fundar LoveFrom, su propia firma de diseño. Ahora, su colaboración con Sam Altman, CEO de OpenAI, sugiere una rivalidad inminente con Apple, empresa que, pese a su integración con ChatGPT en sus dispositivos, ha mostrado avances lentos en el desarrollo de IA propia.
— OpenAI (@OpenAI) May 21, 2025
Aunque los detalles sobre los proyectos en desarrollo son escasos, fuentes cercanas a la operación indican que OpenAI e Ive llevan dos años trabajando en secreto en un dispositivo que trascendería el paradigma actual de los smartphones. Altman ha descrito el proyecto como «algo totalmente nuevo, nunca visto antes«, sugiriendo una reinvención de la forma en que los usuarios interactúan con la tecnología.
El objetivo no sería reemplazar por completo los teléfonos inteligentes, sino introducir un nuevo formato informático optimizado para la era de la IA. Altman ha comparado este salto con la transición de las computadoras de escritorio a los dispositivos móviles: un complemento, más que un sustituto.
Para Ive, este proyecto representa la culminación de tres décadas de experiencia en diseño y tecnología. En declaraciones recientes, el británico afirmó que todo su recorrido lo ha preparado para este momento, donde la intersección entre IA, diseño y usabilidad podría dar lugar a productos revolucionarios.
Por su parte, Altman ha enfatizado que la inteligencia artificial requiere nuevas interfaces físicas para alcanzar su máximo potencial. «Las grandes herramientas necesitan integrar tecnología, diseño y comprensión humana», señaló, destacando que Ive y su equipo son los ideales para liderar este desafío.
La alianza entre OpenAI y Ive coloca a Apple en una posición incómoda. Aunque ambas empresas mantienen una relación de colaboración (ChatGPT está integrado en iOS), la incursión de OpenAI en el hardware podría convertirse en una competencia directa.
Apple, pese a su liderazgo en innovación, ha quedado rezagada en el desarrollo de IA generativa frente a competidores como Google, Microsoft y ahora OpenAI. Si el dispositivo de Ive y Altman logra capturar la imaginación del público, la compañía de Cupertino podría verse obligada a acelerar sus propios proyectos en este campo.
La adquisición de io no solo aporta el talento de Ive, sino también un equipo de 55 ingenieros, diseñadores y expertos en fabricación, muchos de ellos exApple. Entre ellos destacan Evans Hankey (sucesora de Ive en Apple), Tang Tan (exdirector de diseño del iPhone) y Scott Cannon (cofundador de la aplicación Mailbox).
Se espera que el primer producto de esta colaboración vea la luz en 2026, aunque Altman ha sido cauteloso al afirmar que no buscarán desplazar al smartphone de inmediato. En cambio, el enfoque estaría en crear una experiencia única que combine IA avanzada con un diseño intuitivo.
OpenAI e Ive no son los únicos en explorar el hardware impulsado por IA. Empresas como Meta (con sus gafas Ray-Ban) ya han incursionado en este espacio, aunque con resultados mixtos. Otros intentos, como el Humane Ai Pin y el Rabbit r1, han sido criticados por su falta de utilidad práctica.
Frente a estos precedentes, el equipo de Ive y Altman tendrá que demostrar que su propuesta no es solo tecnológicamente avanzada, sino también relevante para los consumidores. La clave podría estar en lograr una integración fluida entre la IA y el diseño, algo en lo que Ive tiene una trayectoria impecable.
La unión entre OpenAI y Jony Ive marca un punto de inflexión en la industria. No se trata solo de una adquisición millonaria, sino de una apuesta estratégica por redefinir cómo interactuamos con la inteligencia artificial.
Si logran materializar su visión, podríamos estar ante el nacimiento de una nueva categoría de dispositivos, tan disruptiva como lo fue el iPhone en su momento. Mientras tanto, Apple y otras gigantes tecnológicas observan con atención, conscientes de que el futuro de la innovación podría estar en manos de esta inesperada alianza.
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