La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, conocida como COP16, se está llevando a cabo en Cali, Colombia, y ha reunido a 196 países con el objetivo de abordar la crisis de biodiversidad que enfrenta el planeta.
Este evento, de gran relevancia para la sostenibilidad y conservación de la naturaleza, reúne a una amplia gama de delegaciones que representan tanto a naciones desarrolladas como en desarrollo, así como a grupos específicos que buscan fomentar un diálogo constructivo y soluciones efectivas.
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La COP16 se caracteriza por su diversidad de participantes organizados en distintos grupos regionales. Uno de los más destacados es el G77+China, que incluye a 134 naciones de América Latina, África, Oriente Medio y Asia. Este grupo representa una poderosa voz en el escenario internacional, abogando por una cooperación efectiva en materia de biodiversidad y sostenibilidad.
Por otro lado, las naciones desarrolladas se agrupan en el llamado Grupo Sombrilla, que incluye potencias como Estados Unidos, Canadá y Japón, mientras que la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) agrupa a 43 países que enfrentan desafíos particulares debido al cambio climático.
La inclusión de países menos desarrollados y la participación de iniciativas como la Glasgow Financial Alliance for Net Zero (GFANZ) subrayan la importancia de un enfoque inclusivo que contemple diversas realidades económicas y ambientales.
República Dominicana se presenta en la COP16 con una delegación robusta de 25 miembros, enfocándose en la implementación del Marco Mundial de Biodiversidad, específicamente el Marco Kunming-Montreal. Este acuerdo, que busca proteger el 30 % del planeta para 2030, incluye la conservación de áreas terrestres, marinas y de agua dulce.
La directora de Biodiversidad del país, Marina Hernández, destacó el esfuerzo nacional por formular una Estrategia Nacional de Biodiversidad. Este proceso involucra la participación activa de diversos sectores, incluyendo mujeres, jóvenes y personas con discapacidades, asegurando que todas las voces sean escuchadas en la formulación de políticas.
A pesar de los avances, Hernández mencionó que el país enfrenta el desafío de integrar múltiples sectores, como la agricultura, el turismo y la construcción, en un enfoque holístico hacia la conservación de la biodiversidad.
La necesidad de establecer políticas públicas que prioricen la protección de la diversidad biológica se vuelve cada vez más evidente. República Dominicana cuenta con un marco legal robusto, pero es crucial fortalecer su aplicación y garantizar su cumplimiento.
La seguridad ha sido un tema importante en la preparación para la cumbre, especialmente dado el contexto de violencia en la región.
Con más de 11,000 efectivos de seguridad desplegados, la confianza entre los participantes ha aumentado, permitiendo que el enfoque se mantenga en los objetivos de la cumbre.
América Latina y el Caribe, siendo la región más megadiversa del planeta, tiene un papel protagónico en la COP16. Con el 60 % de la biodiversidad global y seis países clasificados como megadiversos, la región no solo enfrenta la pérdida de biodiversidad, sino que también se presenta como un modelo de soluciones.
La cumbre ofrece una plataforma para que América Latina alce su voz y comparta su experiencia en la conservación de ecosistemas estratégicos que son vitales para la salud del planeta.
La COP16 también explorará nuevas iniciativas financieras, como el canje de deuda por naturaleza y los bonos verdes, que son esenciales para la conservación sostenible de la biodiversidad.
La participación activa del sector privado y la filantropía en estos esfuerzos se considera fundamental para generar un cambio significativo.
Se espera que la inclusión de saberes ancestrales y la voz de las comunidades locales en las discusiones climáticas y de sostenibilidad sean priorizadas, lo que demuestra un compromiso por reconocer el valor de las experiencias y prácticas tradicionales en la conservación.
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