La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un tema de suma importancia para el desarrollo de Latinoamérica. Actualmente, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) subraya que la región no puede ignorar esta tecnología si desea enfrentar problemas complejos, como el cambio climático, la desigualdad y la falta de crecimiento sostenible.
Jean-Michel Baudoin, gerente general del Departamento de Tecnología de la Información del BID, enfatiza la necesidad de adoptar IA como una herramienta estratégica para resolver estos desafíos y acelerar el crecimiento regional.
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Uno de los desafíos más críticos para el mundo y, en particular, para Latinoamérica, es el cambio climático. Baudoin afirma que la región no podrá resolver el problema del cambio climático sin la ayuda de tecnologías avanzadas como la IA. Esta tecnología tiene el potencial de transformar sectores clave, como la energía y la agricultura, mediante la optimización del uso de recursos, la reducción de emisiones y la mejora en la predicción de fenómenos naturales.
La IA también puede facilitar el monitoreo y análisis de datos ambientales, permitiendo una respuesta más rápida y precisa a los eventos climáticos extremos que afectan especialmente a las comunidades más vulnerables.
En el caso de Latinoamérica, donde muchas economías dependen de los recursos naturales y la agricultura, la IA podría desempeñar un papel vital en la sostenibilidad ambiental. Tecnologías de IA como el aprendizaje automático pueden predecir patrones climáticos y optimizar los sistemas de riego, ayudando a gestionar los recursos hídricos de manera más eficiente y reduciendo el impacto ambiental de la actividad agrícola. Además, la IA puede ser utilizada para el desarrollo de energías renovables, optimizando la generación y distribución de energía solar y eólica, lo que contribuiría a reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Latinoamérica enfrenta desafíos persistentes en los sectores de salud y educación, áreas en las que la inteligencia artificial puede generar un impacto significativo. En salud, la IA puede mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades, optimizar la gestión de recursos en hospitales y expandir el acceso a servicios médicos en áreas rurales.
La telemedicina impulsada por IA permite llevar servicios de salud a zonas remotas, reduciendo la necesidad de desplazamiento de pacientes y ayudando a descongestionar los centros de salud en las grandes ciudades.
En el ámbito educativo, la IA puede personalizar los programas de aprendizaje, permitiendo a los estudiantes avanzar a su propio ritmo y según sus necesidades específicas. Esto es crucial para reducir las brechas educativas en la región y mejorar la calidad de la educación.
La IA también facilita la capacitación en habilidades digitales y técnicas, lo que prepara a la población para enfrentar los desafíos de la economía moderna. Una fuerza laboral más capacitada puede contribuir a reducir la desigualdad, fomentar la innovación y atraer inversiones extranjeras, aspectos clave para el desarrollo económico de Latinoamérica.
La agricultura es un sector fundamental para las economías de muchos países latinoamericanos, y la IA ofrece herramientas innovadoras para mejorar la productividad agrícola. El análisis de datos en tiempo real permite tomar decisiones informadas sobre el uso de fertilizantes, el manejo de plagas y la rotación de cultivos.
Con la IA, los agricultores pueden predecir el rendimiento de sus cosechas y optimizar el uso de recursos como el agua y los nutrientes. Esto no solo mejora la eficiencia de la producción, sino que también reduce el impacto ambiental de las prácticas agrícolas.
Además, el BID está promoviendo el uso de IA en proyectos de innovación agrícola que pueden ayudar a pequeños y medianos agricultores a competir en el mercado global. Con el apoyo de la IA, estos productores pueden acceder a plataformas digitales de comercio y recibir asesoría personalizada en temas de mercado y gestión de riesgos. Esto no solo fortalece la agricultura como fuente de empleo y riqueza, sino que también fomenta el crecimiento económico y la seguridad alimentaria en la región.
Baudoin subraya que la IA no solo es una herramienta para resolver problemas, sino una tecnología fundamental para impulsar el crecimiento y la productividad. En un contexto donde la productividad de Latinoamérica sigue siendo baja en comparación con otras regiones, la IA puede jugar un papel crucial.
La automatización de procesos y la optimización de la cadena de suministro mediante IA pueden reducir costos y aumentar la eficiencia operativa en sectores como la manufactura y la logística.
El BID, consciente de esta necesidad, ha incorporado la tecnología en los programas de colaboración que implementa con gobiernos y empresas en la región. Esto permite que la IA sea parte integral del diseño de proyectos de desarrollo, desde infraestructura inteligente hasta iniciativas de inclusión financiera, asegurando que cada proyecto contribuya al crecimiento sostenible.
La IA también facilita la innovación en modelos de negocio, fomentando la creación de startups tecnológicas y la adaptación de empresas tradicionales a la era digital. Esto, a su vez, impulsa la economía de la región y crea oportunidades de empleo en el sector tecnológico.
Un aspecto fundamental que aborda Baudoin es la necesidad de fomentar la educación, la conectividad y la regulación para evitar que la adopción de IA aumente la desigualdad. La brecha digital sigue siendo un problema en la región, donde muchas áreas rurales carecen de acceso a internet de alta calidad. Sin una conectividad adecuada, las comunidades más desfavorecidas corren el riesgo de quedarse aún más rezagadas, mientras que los países desarrollados avanzan rápidamente en la implementación de IA.
Para enfrentar este desafío, la región debe invertir en infraestructura de conectividad y en programas de capacitación en competencias digitales. Es vital que tanto el sector público como el privado trabajen juntos para desarrollar políticas que aseguren una adopción inclusiva de la IA. Además, es esencial establecer regulaciones que promuevan el uso ético de la tecnología y protejan los derechos de los ciudadanos, evitando la explotación de datos y la discriminación algorítmica.
Latinoamérica enfrenta una competencia global en la carrera por la adopción de IA. Baudoin advierte sobre el riesgo de que la región no avance al mismo ritmo que el resto del mundo, lo que podría agravar la desigualdad tecnológica entre el Norte y el Sur. A medida que los países desarrollados invierten en IA y sus beneficios económicos se multiplican, la falta de inversión en Latinoamérica podría dejar a la región en desventaja en términos de productividad y competitividad.
Para evitar esta situación, el BID aboga por una inversión decidida y temprana en tecnologías de IA. La región necesita aprovechar esta fase inicial de la «revolución de la IA» para posicionarse como un actor relevante en el ámbito tecnológico. Esto implica que los gobiernos y empresas deben invertir en investigación, desarrollo y educación en IA, y que deben crear entornos favorables para la innovación. Al hacerlo, Latinoamérica no solo reducirá la brecha tecnológica con el Norte, sino que también podrá alcanzar un crecimiento económico sostenible y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
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