El verano es, para los más afortunados, sinónimo de vacaciones, playa o viajes, pero también nos exige tomar ciertas precauciones para disfrutar de él al máximo. El cuidado de la piel o la hidratación son básicos, pero en muchas ocasiones olvidamos otros aspectos que también requieren nuestra atención en la época estival. Por ejemplo, los ojos, vulnerables al sol y el calor si los exponemos en exceso. A continuación, te damos siete consejos rápidos para protegerlos en verano.
Es la recomendación número uno. Las gafas son tus mejores aliadas contra el sol y, como tal, debes concederles importancia. Por ello, busca modelos que te ofrezcan una protección del 100 % contra los rayos ultravioleta. También, para tu comodidad, observa que tengan lentes polarizadas, que se encargarán de eliminar reflejos. No sólo ayudan en el momento, sino que sirven para prevenir enfermedades en la retina o cataratas.
Las gafas de sol no son las únicas que debes llevar en tu bolsa de playa o viaje. Las de buceo también juegan un papel importante en la protección de tus ojos, en especial si utilizas lentillas. Son una barrera contra el cloro o las bacterias presentes en el agua.
El sol y el calor pueden provocar que tus ojos se sequen. Debes tenerlo en cuenta para tratar de prevenirlo. Con este objetivo, puedes utilizar productos como gotas o lágrimas artificiales. Hazlo aunque no te piquen los ojos o no los notes irritados. También es importante limpiarse los ojos antes y después de bañarse en la piscina o la playa.
La buena noticia es que, en esta lucha, cuentas con un aliado natural que activarás de forma inconsciente: el parpadeo.
La perspectiva de un verano sin aire acondicionado resulta agobiante, asfixiante. Es una herramienta casi necesaria pero que también requiere un uso adecuado. Una exposición excesiva tiene efectos nocivos. Entre otros, reseca el ambiente y con él, nuestros ojos. Para evitar picores o irritaciones, trata de regular la temperatura y mantener el ambiente lo más húmedo posible, sobre todo si estás usando pantallas.
Por cierto: ¿Sabías que el aire acondicionado engorda?
Hazlo también en otoño, invierno y primavera. Mantener las manos limpias es fundamental para muchos aspectos relacionados con la salud. En lo relativo a los ojos y el verano, es muy habitual que nos frotemos los ojos con más asiduidad cuando hace calor. Para evitar infecciones, debemos insistir en limpiarlas con frecuencia.
Utilizar cremas de protección solar es fundamental. Sin embargo, en lo que respecta a nuestros ojos, debemos hacerlo con cuidado. Para ello, es clave tener en cuenta dos aspectos:
A todos nos ha sucedido. Una de las cosas más desagradables que pueden pasarnos en la playa es que la arena entre en nuestros ojos. Si ocurre, evita frotártelos. Puede parecer una forma de aliviar el picor, pero su efecto es exactamente el opuesto. Si pasa demasiado tiempo y la irritación no cede, el mejor método de alivio es utilizar un suero fisiológico.
Compartir es vivir, pero en algunos casos, conviene evitarlo. Nuestros ojos agradecerán que no utilicemos la toalla o las gafas de sol de otras personas. Si lo hacemos, podemos contagiarnos de infecciones oculares u otro tipo de problemas.
Por Redacción Mercado
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