«Streamers del mundo, ¡apartaos que voy cuesta abajo y sin frenos!». Con esta frase comenzaba el video en el que Luis Enrique Martínez (52 años) dejaba boquiabiertos a aficionados y prensa. A pocos días de arrancar el Mundial de Qatar, y de forma totalmente insospechada, el seleccionador de España anunciaba públicamente que abría cuenta de Twich. Y, sobre todo, se comprometía a emitir directos desde la concentración de su equipo en el emirato. Un salto llamativo de un entrenador polémico, con un carácter fuerte y poco amigo de entrevistas o apariciones públicas. Su objetivo, afirmaba, era establecer un canal de comunicación directo, «sin intermediarios», con el público español. El éxito fue rotundo.
Un video para expresar una idea… pic.twitter.com/aCK4ghemHW
— LUISENRIQUE (@LUISENRIQUE21) November 14, 2022
En dos semanas, la cuenta de Twich @luisenrique21 superó los 775 mil seguidores. Con picos de más de 150 mil espectadores y medias de 100 mil, cada retransmisión tiene el potencial generar unos €6,000, según explica el medio El Confidencial basándose en los ingresos de otros creadores de contenidos. Su aparición en la nueva plataforma ha tenido una consecuencia colateral: su perfil de Twitter, en la que no se prodiga en exceso (suele compartir contenido relacionado con actividad física y ciclismo), ha aumentado más de 100 mil followers, hasta alcanzar los 996 mil.
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Su nombramiento como seleccionador, en 2018, fue polémico, como casi todo lo que rodea a su figura pública. Uno de los más odiados por la afición del Real Madrid (cuando era futbolista, dejó el equipo blanco para fichar por el Barcelona y convertirse en un símbolo culé), el asturiano no gozaba de la simpatía de un amplio sector de la hinchada española. Tampoco de la prensa. La relación entre técnico y periodistas fue siempre tensa, especialmente en su etapa como técnico del Barça, en la que ganó una Champions, dos Ligas y tres Copas con un tridente de ensueño en la delantera (Messi, Neymar y Luis Suárez). Por ello, su figura generó filias y fobias desde que tomó las riendas del equipo nacional.
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Sus notables resultados (finalista de la Europa League y semifinalista de la pasada Eurocopa) no terminaban de convencer a sus detractores. Tampoco sus convocatorias, con ausencias como el delantero Iago Aspas o el central madridista Nacho, muy criticadas por algunos aficionados y periodistas. «Lucho» llegaba al Mundial sin un gran nivel de popularidad. Hasta que un par de semanas antes del torneo, se lanzó cuesta abajo y sin frenos a Twich.
Los directos de «Luis Padrique», como ya se le apoda en redes sociales, han fascinado a muchos aficionados, levantando una ola de apoyos inesperada. Relajado, el técnico se abre a comentar todo tipo de aspectos: tácticos, psicológicos (incorporó a una retransmisión al psicólogo del equipo, Joaquín Valdés), costumbres de la concentración… Incluso aspectos personales como su relación con Ferran Torres, delantero del equipo y pareja sentimental de su hija. El tono es cercano, amable, desenfadado.
Twich ha sido la mejor herramienta para que Luis Enrique haya conectado con la afición española. También para que esta haya empatizado aún más con un equipo joven, con potencial pero sin grandes estrellas, que había generados ciertas dudas antes de comenzar el campeonato (especialmente por su rendimiento defensivo). Ayer las justificó. Porque España, con todo en la mano, estuvo a un paso de quedarse fuera a las primeras de cambio. No lo hizo gracias a Alemania.
Tras arrollar 7-0 a Costa Rica y empatar de forma convincente ante los germanos, a España le valía empatar contra Japón o que los ticos no ganaran a Alemania para estar en octavos de final. La cosa empezó bien para los hispanos, con un tanto de Morata y un dominio incontestable del juego, pero tras el descanso, dos zarpazos nipones pusieron el 1-2. Las miradas se dirigieron al otro duelo del grupo…, y las noticias se tornaron trágicas para Luis Enrique y los suyos.
Durante tres minutos, entre el 70 y el 73, España estuvo eliminada. Porque Costa Rica, que perdía 0-1 al descanso, fue capaz de darle la vuelta al marcador y ponerse 2-1. España se quedó helada, incapaz de generar peligro, de disparar a puerta. A merced de los germanos, que con el triunfo de Japón quedaban fuera aun ganando.
Pese a ello, un doblete de Havertz y un tanto de Fullkrug dieron el pase a España, que terminó perdiendo su partido. Los hispanos se medirán a Marruecos en octavos. Luis Enrique seguirá ‘stremeando’ desde Qatar.
Borja Santamaría.
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