La nutrición deportiva es definida como una de las ramas especializadas de la nutrición humana aplicada a las personas que practican deportes intensos como pueden ser la halterofilia, el culturismo o fitness; aquellos que requieren esfuerzos prolongados en el tiempo, que se denominan deportes de resistencia, como por ejemplo, maratón, ciclismo o triatlón.
En este tipo de nutrición, los objetivos finales varían dependiendo del deporte realizado y de sus entrenamientos, la nutrición hace hincapié en unos u otros alimentos.
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En el caso del culturismo son más importantes los alimentos proteicos que favorezcan la hipertrofia muscular (incremento de la masa muscular). En cambio, en los deportes aeróbicos, como puede ser el ciclismo, son importantes aquellos alimentos que favorecen el esfuerzo energético prolongado, como la ingesta de alimento con glúcidos.
Otras de las personas que deben adaptarse a este tipo de alimentación son los deportistas del rugby, estos atletas tiene un mayor desgaste físico por lo que deben tomar más de tres litros de agua por día para tener ventajas en el deporte.
La nutrición deportiva abarca todos los ciclos del deporte: el descanso, la fase activa y la de recuperación.
Los alimentos que se incluyen en una dieta deportiva atienden a tres objetivos básicos: proporcionan energía, proporcionan material para el fortalecimiento y reparación de los tejidos, mantienen y regulan el metabolismo.
En la nutrición de los deportistas se deben proporcionar distintos tipos de alimentos, entre estos destacan: alimentos formadores de tejidos como la leche y sus derivados, pescados, carnes y huevos; alimentos mixtos que aportan calorías y regulan el metabolismo como los hidratos de carbono y fibras; alimentos reguladores, con predominio de vitaminas y minerales, como verduras, hortalizas y frutas y alimentos energéticos, donde predominen los lípidos y grasas, como cereales, azúcares, aceites y mantecas.
La dieta diaria de los deportista suele oscilar de entre 2.000 a 2.500 calorías, esto influye de manera positiva en la obtención de un peso corporal saludable. Se pudiera decir que la regla de oro precisa que las comidas deben ser consumidas antes y después del ejercicio, pues son las más importantes en la nutrición deportiva. Adicional, los atletas deben comer alrededor de dos horas antes de hacer ejercicio, estas comidas debe ser rica en carbohidratos, baja en grasas y moderada en proteínas.
En un estudio publicado en el Journal of Applied Physiology, realizado por Bosch, A.N.; Dennis, S.C.; Noakes, T.D (1993) se analizó la influencia de una dieta con sobrecarga de carbohidratos y de una dieta mixta en la utilización de los distintos sustratos energéticos tras una prueba en bicicleta a una intensidad del 70% del VO2máx.
El resultado fue que en el grupo que siguió una dieta mixta, la aportación de los lípidos a la actividad aumentó de un 18% en la primera hora a un 43% al término de la tercera. Por el contrario en el grupo que siguió la dieta con sobrecarga, el aporte energético de las grasas fue menor al principio (17%) y al final (27%), aumentando la aportación de esta en una cantidad muy inferior a la dieta mixta. (rmh)
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