Cuidar de nuestra salud puede ser un reto hoy en día. Según nuestro sistema de creencias, estilo de vida, disponibilidad económica y por supuesto estado emocional, podemos llevar a cabo algún tipo de régimen o reglas para lograr este fin. Hoy se estima que el cuidado cardiovascular en la población general va de bajo a moderado. Así, solo un porcentaje pequeño de personas lleva al día su ‘checklist’ de los denominadas «8 esenciales para la vida», que nos ayudan a mantener un corazón sano.
Estos consejos de salud están fundamentados en una serie de estudios, revisiones estadísticas y opiniones de expertos. Las más recientes fueron publicadas en la revista de ciencia en salud Circulation, donde se detallaron todas las recomendaciones que pueden servir como herramientas necesarias para agregar valor a nuestras vidas.
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Debemos cumplir con ciertos requerimientos. La idea es bajar la cantidad de calorías diarias ingeridas, así como disminuir los alimentos procesados, refinados y basados en carbohidratos para regular la resistencia a insulina.
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Tiene múltiples beneficios desde control metabólico, el aumento de la estamina y el aumento de la resistencia, entro otros. Lo ideal es realizar cada semana un ejercicio vigoroso, o al menos moderado, por unos 150 minutos, o en su defecto un ejercicio de alta intensidad por 75 minutos. Necesitamos tener precaución de lugar para no sobreexigir al cuerpo y para cuidar la hidratación.
Es sagrado. Cuanto menos dormimos, más aumenta el riesgo cardiovascular. Lo ideal para un adulto es dormir de 7 a 9 horas. Supone un reto para muchos por la carga laboral, pero «cuerpo que no descansa, corazón que se cansa».
El rango que se asocia ala mayor protección cardiovascular se sitúa entre 18.5 y 24.9, aunque es algo que debe ser adaptarse a cada paciente. En cualquier caso, es otro aspecto a tener en cuenta, ya que influye en nuestra salud cardiovascular.
Descuidarlo implica riesgos asociados a la formación de la placa de ateroma en las arterias. En este sentido, además de una dieta baja en hidratos de carbono, no uso de grasas polisaturadas y cribado de perfil genético, se sugiere que el seguimiento se realice con Colesterol no relacionado a HDL o tora; en otras palabras, que se vigile el Colesterol LDL.
Es clave, especialmente con la formal introducción de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) y los niveles de glucosa para las personas con o sin diabetes de cualquier origen, incluyendo a los que desarrollan resistencia a insulina.
Debemos vigilar que mantenemos niveles tensionales óptimos establecidos como menores a 120/80 mmHg. Se podría considerar ya como hipertenso a una persona con niveles superior a 130/80 mmHg.
Si incorporamos a nuestro día a día cada una de estas recomendaciones, podemos estar seguros de que nuestro cuerpo y mente nos lo agradecerán.
Por Víctor Capellán, MD internal medicine y medical auditor de Grupo Yunen. Artículo publicado en la revista especializada en salud MediHealth.
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